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En su defensa del proyecto, el Mandatario menciona que "la tierra es un bien finito y las necesidades del hombre se multiplican y ello le otorga valor".REDACCIÓN CENTRAL. Con un discurso firme, muy a su estilo, el presidente José Mujica defendió el proyecto de ley que remitió al Parlamento nacional de su país para aplicar un gravamen a la tierra.
El Jefe de Estado, chacarero de profesión, mencionó ante los productores que participan de la Expo Prado 2011 que "la tierra tiene valor de producción y social porque trabajando o no trabajando en el largo plazo multiplica su valor y seguramente lo que no hará Dios en los próximos años es tierra".
Precisó que la tierra es un bien finito y las necesidades del hombre se multiplican y esto le otorga valor.
Al defender su idea del nuevo impuesto Mujica dijo: "No voy a convencer absolutamente a nadie, pero hay que tener honradez intelectual. El impuesto a los semovientes era anacrónico porque castigaba a la carne y seguramente se tendrán que tomar más decisiones en el futuro porque hay que arreglar mucho la gran caminería y las carreteras y acudir a la participación del capital privado. La carga tiene que pagar por lo que representa para los caminos".
Mujica subrayó que la mayoría de las 1.100 empresas que pueden ser castigadas por el impuesto -que está previsto- se encuentran en el marco de la multiplicación de capital que se dio en los últimos 10 años, instancia que es uno de los fenómenos económicos del país. Ejemplificó esta acción diciendo: "Lo que podía valer 4.000 millones de dólares hace 10 años en términos promedios, actualmente vale 25.000 millones de dólares, situación que es un hecho tangible".
Aclaró ante los productores ser el responsable "de la imposición de la jornada de ocho horas para el peón rural y cuando estoy convencido de algo, soy terco, pero tengo caja de cambio". Y agregó, "si los hechos me demostrarán lo contrario sería el primero que diría a este país que me equivoqué".
El Mandatario sostuvo finalmente que sueña "con un país de clase media y por él peleo; un país consustanciado y metido en sus raíces. No soy enemigo de ustedes, ustedes son parte de este país. En mi país los precisamos a todos".
Vice en contra
A más del cuestionamiento de los sectores afectados, el proyecto genera polémica entre el presidente Mujica y su vicepresidente Danilo Astori. Este, en una declaración publicada ayer en la página digital del diario El País de Montevideo, consideró que "el impuesto a la tierra tendría efectos negativos en el agro y las inversiones, además de cambiar las reglas del juego".
Parte del Frente Amplio y la oposición se alinean tras la alternativa de que suba la tributación a la renta, sin embargo Astori advierte que "si el impuesto a la tierra tiene los efectos negativos que pienso que puede tener, puede afectar el valor de la tierra y dificultar el mantenimiento de altos niveles de productividad en el agro". Astori, junto a los ministros de Economía, Fernando Lorenzo; Tabaré Aguerre (Ganadería) y Enrique Pintado (Transporte), elabora un diseño alternativo al del presidente José Mujica para la suba de aportes del agro.
Astori y los ministros involucrados coincidieron en que el sector rural debe pagar más, pero no en la forma que lo plantea Mujica.
El Jefe de Estado, chacarero de profesión, mencionó ante los productores que participan de la Expo Prado 2011 que "la tierra tiene valor de producción y social porque trabajando o no trabajando en el largo plazo multiplica su valor y seguramente lo que no hará Dios en los próximos años es tierra".
Precisó que la tierra es un bien finito y las necesidades del hombre se multiplican y esto le otorga valor.
Al defender su idea del nuevo impuesto Mujica dijo: "No voy a convencer absolutamente a nadie, pero hay que tener honradez intelectual. El impuesto a los semovientes era anacrónico porque castigaba a la carne y seguramente se tendrán que tomar más decisiones en el futuro porque hay que arreglar mucho la gran caminería y las carreteras y acudir a la participación del capital privado. La carga tiene que pagar por lo que representa para los caminos".
Mujica subrayó que la mayoría de las 1.100 empresas que pueden ser castigadas por el impuesto -que está previsto- se encuentran en el marco de la multiplicación de capital que se dio en los últimos 10 años, instancia que es uno de los fenómenos económicos del país. Ejemplificó esta acción diciendo: "Lo que podía valer 4.000 millones de dólares hace 10 años en términos promedios, actualmente vale 25.000 millones de dólares, situación que es un hecho tangible".
Aclaró ante los productores ser el responsable "de la imposición de la jornada de ocho horas para el peón rural y cuando estoy convencido de algo, soy terco, pero tengo caja de cambio". Y agregó, "si los hechos me demostrarán lo contrario sería el primero que diría a este país que me equivoqué".
El Mandatario sostuvo finalmente que sueña "con un país de clase media y por él peleo; un país consustanciado y metido en sus raíces. No soy enemigo de ustedes, ustedes son parte de este país. En mi país los precisamos a todos".
Vice en contra
A más del cuestionamiento de los sectores afectados, el proyecto genera polémica entre el presidente Mujica y su vicepresidente Danilo Astori. Este, en una declaración publicada ayer en la página digital del diario El País de Montevideo, consideró que "el impuesto a la tierra tendría efectos negativos en el agro y las inversiones, además de cambiar las reglas del juego".
Parte del Frente Amplio y la oposición se alinean tras la alternativa de que suba la tributación a la renta, sin embargo Astori advierte que "si el impuesto a la tierra tiene los efectos negativos que pienso que puede tener, puede afectar el valor de la tierra y dificultar el mantenimiento de altos niveles de productividad en el agro". Astori, junto a los ministros de Economía, Fernando Lorenzo; Tabaré Aguerre (Ganadería) y Enrique Pintado (Transporte), elabora un diseño alternativo al del presidente José Mujica para la suba de aportes del agro.
Astori y los ministros involucrados coincidieron en que el sector rural debe pagar más, pero no en la forma que lo plantea Mujica.