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CARACAS (EFE, Reuters). La falta de confianza se percibía en el ambiente de las cuestionadas elecciones presidenciales de Venezuela, donde además se observaron calles solitarias y centros de votación vacíos, a diferencia de votaciones pasadas celebradas en el país caribeño.
Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea (UE) y una docena de países latinoamericanos sostienen que la elección no es justa ni transparente y acusan a Maduro de socavar la democracia.
Mientras, comercios y mercados trabajaban con absoluta normalidad y registraban mayores filas de personas que los propios centros electorales.
Aunque el chavismo asegura que en el país hubo “una fiesta electoral”, otros definen la situación como “triste”, pues pese haber acudido a votar, son conscientes de que hay un sector de la población que no está dispuesto a sufragar.
La concurrencia fue mayor en los barrios populares, donde el chavismo ejerce fuerte influencia. El mandatario se beneficia de los leales al fallecido Hugo Chávez (1999-2013) y de la dependencia de estos sectores de programas sociales y clientelistas.
En las calles y en los colegios vacíos se hizo evidente que muchos atendieron el llamado a la abstención de la principal alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que no participa en los comicios.
Los centros electorales continuaban abiertos dos horas después, alimentando especulaciones de un acarreo de votos de última hora por parte del gobierno ante una alta abstención.
Con un vasto poder institucional con los militares al frente, Maduro comenzará su segundo mandato de 6 años en enero de 2019 pues los comicios fueron adelantados por el poder electoral dominado por el chavismo.
Crisis
Venezuela, la nación con mayores reservas petroleras del mundo y miembro de la OPEP sufre una recesión, hiperinflación y escasez de todo tipo de productos que empujaron a más de un millón de venezolanos a abandonar su tierra.
Los que se quedaron sufren apagones en el servicio eléctrico, falta de comida, medicamentos, transporte y agua; precios por las nubes con un ingreso mínimo que da para un kilo de leche en polvo.
El país y la petrolera PDVSA fueron declaradas en default parcial en 2017 y la producción de crudo cayó al peor nivel en 30 años.
Maduro culpa de la situación a una “guerra económica” de la oposición con apoyo de Washington para desbancarlo.
La reelección de Maduro podría desatar sanciones petroleras de EE.UU. y nueva condena internacional.
Éxodo en protesta
Al grito de “Maduro, farsante, tus elecciones son un fraude”, venezolanos en Miami, Madrid, Bogotá y otras ciudades donde se concentra la diáspora venezolana protagonizaron protestas contra la jornada electoral.