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Tras más de 76 años de monopolio estatal petrolero, se concretó ayer la reforma que permite abrir a inversiones el pilar del sector energético de la economía mexicana, que en los últimos años había venido experimentando una merma en su capacidad productiva.
En la última década, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) ha disminuido su producción en un millón de barriles diarios.
El embajador Pujalte Piñeiro explicó que el ambicioso plan de reestructuración del sector incluyó una reforma en la Constitución y la promulgación de una serie de leyes secundarias, para brindar el marco jurídico necesario con el que se busca potenciar el desarrollo energético del país.
El presidente Enrique Peña Nieto dijo ayer que este paso “representa un cambio histórico que acelerará el crecimiento económico y desarrollo” de México.
En un mensaje difundido luego, el Primer Mandatario aseguró que “en los próximos años habrá más gas para generar electricidad a menor costo, y con ello gradualmente disminuirán los precios de la luz y el gas que hoy pagan los negocios y hogares del país”.
Esta reforma energética fue aprobada en diciembre pasado y hace una semana, el Congreso aprobó el marco jurídico en el que se desarrollará.
El embajador mexicano recordó que desde la década de 1980 se venía hablando con cierta intensidad de la necesidad de una reforma en el sector energético, principalmente en el petrolero, que fuera estatizado en 1938.
Un proyecto de país
Y, hace dos años, en la campaña electoral del actual presidente Peña Nieto, este presentó esta reforma como parte de su plan de gobierno.
Ya en el poder, logrando unir las principales fuerzas políticas del país, resalta Pujalte Piñeiro, Peña Nieto sacó adelante la crucial reforma constitucional y la aprobación posterior de las nuevas leyes reguladoras.
Los tres principales partidos, el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), el principal opositor Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD, tercera fuerza), lograron acordar la base principal de la reforma, aunque luego el PRD marcó una postura más crítica hacia diversos aspectos del marco regulatorio final.
El embajador Pujalte enfatizó el gran logro político que significó la concreción de la reforma, más allá de las “naturales” discrepancias políticas que se puedan presentar en su ejecución posterior.