Miles en Brasil marchan hartos de la corrupción

RÍO DE JANEIRO (EFE). El detonante de esta nueva jornada de protestas fue un polémico proyecto que supuestamente busca luchar contra la corrupción, pero que al final le fueron introducidos artículos que protegen a los políticos de las investigaciones fiscales.

Los casos más graves de corrupción destapados en la historia del Brasil fueron montados bajo el gobierno de Lula da Silva y luego de su sucesora Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).

Esos gobiernos contaron como aliado al PMDB, del actual mandatario Michel Temer. Y esa agrupación, así como otras de todo el espectro político brasileño, recibieron beneficios de los grandes robos públicos de la época del PT.

El caso más emblemático es el conocido como el Petrolão, una componenda entre el Gobierno, los dirigentes de esa estatal petrolera y compañías privadas para amañar licitaciones, que causaron un perjuicio al pueblo brasileño estimado en 8.000 millones de dólares, según los investigadores.

El exmandatario Lula da Silva siempre ha intentado minimizar los hechos, aduciendo que los megaescándalos de corrupción bajo su gobierno y el de su ahijada política, Dilma Rousseff, eran exagerados.

No obstante, la contundencia de las pruebas y las confesiones de decenas de involucrados han despertado en el pueblo un espíritu de apoyo a las investigaciones.

Más de 130.000 brasileños, según datos de los organizadores citados por el portal G1, decidieron dejar a un lado las diferencias partidarias y se unieron con un objetivo común: exigir la retirada del proyecto de ley y defender la independencia de las instituciones que combaten la corrupción.

Las protestas tuvieron lugar en unos 200 ciudades repartidas por todo el país, entre las que se encontraban la mayoría de las capitales regionales.

La mayor concentración tuvo lugar en la emblemática playa de Copacabana, en Río de Janeiro, donde varios miles de cariocas lograron cortar el tráfico en la avenida Atlántica para hacer oír sus demandas.