Ortega y Murillo, dueños del poder

MANAGUA (AFP). El presidente nicaragüense Daniel Ortega ha gobernado su país de la mano de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, con un poder casi absoluto que ha sido desafiado por una nueva generación de jóvenes.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/FUXWBKSQXJEGTKBDZVDVIUUZ4E.jpg

Cargando...

Él, un exguerrillero de 72 años admirador del que fuera el mayor asesino y torturador del régimen cubano, Ernesto “Che” Guevara; ella, una excéntrica poetisa de 66 años que se ha convertido en el poder detrás del trono.

Estudiantes universitarios encabezan las protestas populares desde el 18 de abril, contra el Gobierno, autoritario y corrupto.

Desde la oposición (1990-2006), Ortega había impulsado jornadas violentas de protesta con los sindicatos sandinistas para repudiar medidas económicas y arrancar concesiones a los gobiernos de turno.

Pero, ahora califica a las protestas populares como una “conspiración de la derecha”.

El exguerrillero marxista, tras perder las elecciones de 1990 ante Violeta Barrios de Chamorro, dejó a un lado el uniforme militar y adoptó una indumentaria de paisano como nueva imagen.

Ganó la presidencia en 2007. Tras reelegirse en 2011, gracias a una maniobra judicial con un tribunal adepto, pese a estar prohibido por la Constitución, Ortega ha dejado el poder prácticamente en manos de su esposa, a quien convirtió en su vicepresidenta en 2016.

Los dos mantienen control férreo sobre todas las instituciones del Estado: el Ejército, la Policía, el Congreso y el tribunal electoral. 

Sus propios excompañeros de partido le acusan de ejercer el poder de forma autoritaria y de nepotismo, no solo por compartir el poder con su esposa sino que además sus hijos son dueños o dirigen medios de comunicación oficialistas y ocupan cargos públicos.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...