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Los nuevos límites han tocado al tierno personaje infantil Winnie the Pooh, osito que parece molestar al régimen chino.
Esta semana acabó siendo censurado en las redes sociales del país, y desde entonces se ha convertido en un símbolo de la oposición al régimen.
Todo se inició en 2013, cuando el presidente chino, Xi Jinping, realizaba su primera visita a Estados Unidos como jefe de Estado, y allí, paseando junto a su entonces homólogo estadounidense, Barack Obama, comenzó a hacerse viral un “meme” o caricatura de ambos, comparándoles con Winnie the Pooh y su inseparable amigo Tiger.
Desde entonces, el osito ha aparecido en otras históricas ocasiones para hablar del presidente chino: desde cuando estrechó la mano del primer ministro nipón, Shinzo Abe, inicio del deshielo entre ambos países, hasta cuando saludó a las tropas en el desfile militar que Pekín organizó en 2015.
Es difícil saber qué ha llevado a las autoridades chinas a censurar al querido oso, pero se suma a otras acciones similares de los censores que para algunos rozan el extremo y muestran el culto al líder que el propio Xi Jinping promueve.