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La nieve y la lluvia pararon ayer por la mañana, pero meteorólogos dijeron que fenómenos climáticos asociados con la tormenta seguirán afectando al noreste de Estados Unidos con ráfagas de viento de hasta 80 kilómetros por hora, pese a que se movía cientos de kilómetros mar adentro.
Tras varias horas de servicio suspendido por los cortes de energía, se reanudaron los viajes de trenes Amtrak entre Nueva York y Washington, indicó el servicio en un comunicado, aunque advirtió a los pasajeros que habría retrasos.
El frente de mal tiempo generó vientos huracanados en Boston y en las comunidades costeras cercanas, donde marejadas ciclónicas y mareas altas causaron inundaciones, llevando el agua del mar a las calles.
Ráfagas de viento de más de 140 kilómetros por hora derribaron árboles y cables en la región.
Caídas de ramas provocaron la muerte de al menos siete personas, incluyendo a tres niños.