Van 75 días de asesina represión en Nicaragua

MANAGUA (EFE). La caravana llamada “Nicaragua no se rinde” se realizó, precisamente, condenando las matanzas a balazos, un día después de que dos personas murieran y 11 resultaran heridas en tiroteos durante una jornada en la que miles marcharon en Managua y otras ciudades del país.

Las protestas contra el autoritario gobierno de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril.

Inicialmente, contra unas fallidas reformas a la seguridad social, pero que pronto revelaron el profundo descontento popular hacia el Gobierno, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.

Este fin de semana, otro manifestante resultó herido cuando hubo disparos contra una caravana de vehículos que recorrió Managua exigiendo la salida de Ortega.

Agentes del gobierno, paramilitares y grupos de civiles oficialistas armados por el Gobierno, han atacado a balazos las marchas populares, casi desde el inicio de estas, buscando amedrentar las protestas, que sin embargo no cesan, tras casi 300 muertes ya ocurridas.

Marchas, manifestaciones, caravanas, concentraciones, banderas y consignas repetidas. Así amanece el país cada día, como respuesta a las balas.

Ondeando banderas nicaragüenses y sonando las bocinas, una larga caravana de vehículos recorrió varios barrios de Managua, mientras pobladores salían a su paso.

“Viva Nicaragua libre”, “Que se vaya”, gritaron vecinos, y varias personas sonaron cacerolas en las aceras.

Las protestas exigen la renuncia de Ortega, exguerrillero comunista de 72 años a quien acusan de instaurar, junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, el nepotismo, una dictadura y desatar una brutal represión.