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Si es declarado culpable, pasaría 6 años en prisión.
Con la posible condena, la Justicia ecuatoriana sentaría un gran precedente en el caso Odebrecht, firma involucrada en grandes negociados en unos doce países de América Latina, incluido Brasil, donde juzgan a políticos de la más alta esfera por haber recibido y participado de esquemas de corrupción, enriquecimiento ilícito y financiación ilegal de campaña electoral.
Glas, en prisión preventiva desde octubre y a quien el mandatario Lenín Moreno retiró sus funciones en agosto, es el político en activo de mayor rango en ser procesado por este megaescándalo de corrupción en la región.
La Fiscalía lo acusa de recibir a través de un familiar US$ 13,5 millones en sobornos por cinco contratos adjudicados a Odebrecht, que habría repartido en Ecuador US$ 47,3 millones por ese concepto. Además, pidió reparaciones por US$ 14,1 millones.
El agravante fue que Glas era funcionario y, por tanto, responsable de todas las anomalías que se registraron en los sectores bajo su control en el periodo relevante para los hechos de corrupción juzgados.