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A mitad de año, once internos de la penitenciaría regional de Foz de Yguazú, Brasil, lograron escapar y se refugiaron en Ciudad del Este. Luego, el 13 de octubre pasado, otros siete criminales se evadieron del mismo reclusorio y también pasaron a este lado del río Paraná, aparentemente ayudados por un capomafioso de la zona.
El dato fue confirmado ayer por el jefe de Investigaciones del departamento del Alto Paraná, Crio. Princ. Germán Arévalos. “A raíz de esta situación, la Policía del departamento se encuentra en alerta máxima, más aún cuando en los últimos días algunos informantes filtraron el dato de que varios de los evadidos se unieron y conformaron una gavilla, que pretende asaltar una sucursal bancaria antes de fin año”, reveló Arévalos.
De acuerdo a los investigadores la sucursal del Banco Nacional de Fomento (BNF) de Ciudad del Este sería el objetivo de los criminales, que según las fuentes cuenta con un arsenal compuesto por fusiles, ametralladoras y hasta dinamita en gel con sus respectivos detonantes, para volar cajas de seguridad si fuese necesario, señalaron.
El miércoles pasado, cuatro de los criminales, identificados como Aguinaldo Gonçalves (39), Carlos Tiago Lemes (33), Carlos Henrique Silva Cándido Tavares (34) y Oziel Rizzo de Sa (32) –que ingresaron al país el 13 de octubre pasado tras escapar de la cárcel–, asaltaron al productor sojero de Santa Rita de nombre Ivaldino Antonio Vivián (61).
Durante el golpe, Gonçalves y Lemes fueron muertos a tiros por la Policía, en tanto que los otros dos mantuvieron de rehenes por más de ocho horas al empresario, su esposa y a una doméstica.
Finalmente, los maleantes liberaron a las víctimas y se entregaron a las autoridades. Otros tres maleantes brasileños que integraban esta banda, identificados como Rodrigo Correa Couto, Rafael Bruno Rodrigues y Tiago Andrés Paula da Silva, continúan escondidos en la capital del Alto Paraná.
Luego de este asalto, Arévalos confirmó que el objetivo de los delincuentes era el robo de cuatro camionetas que Vivián tenía en su casa. Estos vehículos debían ser utilizados para un asalto a un transportador de caudales que debían perpetrar ese día sobre la Ruta VII. Estos criminales estaban armados con dos fusiles, tres pistolas y dos “bananas” de dinamita con sus detonadores.