Desamparo en el presente, incertidumbre en el futuro

Teóricamente, tienen toda una vida por delante, pero la realidad es que el presente en que viven les depara un futuro incierto. La desnutrición, la deserción escolar, la violencia y la drogadicción son realidades con que deben convivir niños y jóvenes en situación de calle y de miseria extrema. Con la cercanía de las fiestas navideñas, la explotación laboral se acentúa y arroja a la calle a niños y niñas mendigos hasta altas horas de la noche.

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La Constitución Nacional, en su artículo 54, de la protección al niño, dice textualmente lo siguiente:
“La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de garantizar al niño su desarrollo armónico e integral, así como el ejercicio pleno de sus derechos protegiéndolo contra el abandono, la desnutrición, la violencia, el abuso, el tráfico y la explotación. Cualquier persona puede exigir a la autoridad competente el cumplimiento de tales garantías y la sanción de los infractores.

Los derechos del niño, en caso de conflicto, tienen carácter prevaleciente”.

Vivir en las calles expone a niños, niñas y adolescentes a un sinnúmero de situaciones negativas que poco favor hacen al desarrollo armónico e integral al que hace referencia la Carta Magna.

La Convención sobre los Derechos de Niño y el Código de la Niñez y la Adolescencia también enuncian una serie de derechos e incluso establecen sanciones por el incumplimiento de dichas garantías.

Sin embargo, esta protección está únicamente en los papeles. Basta salir a las calles para ver el maltrato, la explotación laboral y hasta sexual de niños, niñas y adolescentes.

En las inmediaciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol se puede ver a diario a niños y adolescentes indígenas que se drogan con cola de zapatero, ante la total indiferencia de los adultos.

La fiscalía recientemente detuvo a un líder indígena, tras filmarlo por haber cobrado G. 100.000 para prostituir a dos nativas de 13 y 14 años.

En Asunción hay sitios que se han convertido en el escenario de grupos de jóvenes que se reúnen a diario para drogarse con crack.

Informes de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia, elevados a la justicia en el marco de distintos procesos abiertos por maltrato, como consecuencia de la explotación de niños en situación de calle, dan cuenta del abandono escolar, la falta de asistencia médica y de los graves daños psicológicos a los niños y niñas que están atrapados en esta situación.

En este panorama, incierto futuro les depara a estos niños que subsisten en el total desamparo, pese a estar plenamente amparados por la ley.

Próxima: Drogas y violencia

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