Desde el 2011, la Corte congela acción en demanda por daño moral

Las firmas Mastercard y McCann Erickson promovieron inconstitucionalidad contra una resolución de segunda instancia que dio vía libre a una demanda de indemnización contra la referidas empresas. Habría fuertes presiones para que la Corte haga lugar a la acción. Hay injerencias en el caso, en donde estarían en juego unos US$ 120 millones.

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Los antecedentes revelan que Edgardo Apesteguía y Luis Alberto Moreno demandaron a Mastercard y a McCann Erickson, por el plagio de la publicidad que gira en torno a la frase “hay cosas que el dinero no puede comprar para todo lo demás existe Mastercard”. Reclamaron ser reconocidos como autores morales de la publicidad y una indemnización por el uso.

La frase en cuestión fue creada por Apesteguía en el año 1994 como creativo freelance y utilizada para la campaña desarrollada para la Tarjeta Bancard. Se creó así la publicidad gráfica y audiovisual donde aparecía la niña y el padre con la frase “Hay cosas que el dinero no puede comprar pero todo lo demás se compra con Bancard”. La obra tuvo amplia difusión en los medios.

En 1997, la firma Mastercard lanzó la publicidad que resultaría un plagio de la creación de Apesteguía y adjudicó la creación a la internacional publicitaria McCann Erickson.

Los representantes de ambas firmas admitieron la competencia de los tribunales paraguayos para dirimir el conflicto, pero se defendieron alegando falta de acción y prescripción simultáneamente. Según el estudio jurídico que representa a Apesteguía, el hecho resultó contradictorio, porque no se puede alegar prescripción sin reconocer el derecho y viceversa, no se puede alegar falta de acción cuando se alega prescripción porque implica desconocer el transcurso del tiempo.

En primera instancia se resolvió que los demandantes tenían derecho, porque hubo un reconocimiento tácito de las firmas Mastercard y McCann Erickson. Sin embargo, se hizo lugar a la prescripción de la indemnización de daños, sin tomar en cuenta que la Ley intelectual dice que los derechos patrimoniales de la obra del autor duran toda la vida y setenta años después de su muerte y que el derecho moral es imprescriptible.

En segunda instancia, el tribunal de apelación difirió el estudio de la prescripción para el momento de dictar sentencia, porque la indemnización estaba vinculada con el reconocimiento de la paternidad (derechos morales) de la obra que debían tramitarse conjuntamente.

Las firmas Mastercard y McCann Erickson recurrieron la decisión de segunda instancia y el recurso le fue denegado, entonces interpusieron queja ante la Sala Civil de la Corte y simultáneamente inconstitucionalidad ante la Sala Constitucional. La acción, según los abogados de Apesteguía, ya se radicó fuera de plazo, pero igual fue admitida por el ministro Antonio Fretes, que luego se apartó del caso.

Según trascendidos, detrás está la Embajada de los Estados Unidos, que estaría presionando a la Corte para que haga lugar a la inconstitucionalidad promovida, en forma extemporánea, de acuerdo a los abogados.

La acción de inconstitucionalidad quedó congelada desde el año 2011 y ahora, según fuentes, se buscaría integrar la Sala con camaristas del fuero civil.

Se espera que la Corte no se deje presionar y que resuelva la acción. Ya es vergonzosa la mora.

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