Desde Tacumbú asestan estafa

Una banda de estafadores integrada por algunos internos de la cárcel de Tacumbú pagó con un cheque robado una carga de semillas y sales por valor de G. 87.850.000, que retiraron de una firma de Coronel Oviedo. Los productos fueron recuperados de un establecimiento de Misiones.

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La víctima del frustrado golpe fue el comerciante Néstor Solís, propietario de una empresa dedicada a la venta de productos agropecuarios y maquinarias para establecimientos rurales, ubicada en el barrio 12 de Junio de Coronel Oviedo, señaló ayer el titular de Investigaciones de la jefatura de Policía de Caaguazú, Crio. Juan Alonso.

De acuerdo a la denuncia, el miércoles pasado un hombre que se identificó como el ingeniero agrónomo Julio Daniel Viedma Fanego se comunicó con el propietario del establecimiento comercial y le solicitó la provisión de 136 bolsas de semillas de pasto, a más de 26 bolsas de sales minerales de diferentes marcas.
El supuesto ingeniero, que usó un celular activado con el número 0972286375, prometió retirar la carga valuada en G. 100.000.000 el jueves de tarde, mientras que Solís, confiado en que iba a conseguir un buen cliente, le hizo un descuento de G. 12.150.000, por lo que la cuenta quedó en G. 87.850.000, confirmó el Crio. Alonso.

El jueves a última hora llegó uno de los estafadores a bordo de un camión fletado y retiró la carga, que pagó con un cheque. Debido a la hora, el propietario del negocio ya no pudo confirmar la validez del cheque y cuando al día siguiente intentó efectivizarlo, le informaron que estaba denunciado como robado en la capital.

Tras la denuncia del hecho agentes de Investigaciones de la jefatura local apresaron al fletero que transportó la millonaria carga. Este ayudó a los uniformados a localizar los productos en un establecimiento ganadero ubicado en San Ignacio, Misiones, perteneciente a Andrés Volkosonghi (21). El ganadero aseguró que un allegado identificado como Crispín Espinoza le ofreció los productos por G. 50.000.000, pero que todavía no le había pagado, por lo que los entregó voluntariamente a los oficiales.

Tras el cruce de llamadas efectuadas por los policías se pudo confirmar que el supuesto ingeniero llamó desde el penal de Tacumbú. El número usado para la estafa ya fue desactivado por el usuario y la telefonía no tiene registrado a nombre de quién fue expedida la línea, según los agentes.

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