Gavilla desarticulada en refriega en Limpio operaba con asaltacajeros

El asaltante abatido, su cómplice baleado y los otros dos malvivientes capturados tras un intento de asalto en Limpio, paralelamente operaban según la Policía en una de las células de la frondosa megabanda que robó G. 250 millones en dos atracos consecutivos a cajeros automáticos instalados en Villa Elisa y Ñemby, respectivamente.

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Efectivos de la división Crimen Organizado del departamento Investigación de Delitos revelaron ayer que tras el mortal enfrentamiento registrado el sábado de siesta en Limpio, a raíz de un intento de asalto al empresario y político colorado Pedro Benito Gugliotta Amarilla (43), surgieron numerosos elementos que conectan a la gavilla desarticulada con la frondosa banda responsable de los últimos atracos a cajeros automáticos, blindados y entidades financieras.

Los uniformados descubrieron que el malviviente baleado, luego arrollado en la persecución y actualmente hospitalizado, Antonio Benítez (46), es primo hermano del líder de la megabanda y considerado como el delincuente más buscado del país, Amado Ramón Benítez (49).

Antonio Benítez, quien registra siete antecedentes, de hecho, ya era buscado por el robo de G. 150 millones del cajero del banco Continental que fue atacado el 22 de abril pasado en Ñemby, donde se dio el primer caso de billetes manchados con tinta roja.

Igualmente, Benítez aparece involucrado en el robo de otros G. 100 millones del cajero de Sudameris Bank, que fue violentado el 2 de abril pasado en la avenida Defensores del Chaco de Villa Elisa.

Supuestamente, Antonio Benítez y el fugitivo Diógenes Martínez Vera y Aragón eran los encargados de proveer vehículos robados al grupo de Amado Ramón Benítez y Orlando Efrén Benítez Portillo, este último otro de los cabecillas de la megabanda.

En banco de Cartes

Los investigadores también manejan la hipótesis de que el criminal abatido en Limpio, Roque Saúl Cabrera Franco (19), también ya militaba últimamente en el grupo operativo de la banda de asaltacajeros, a instancias justamente de Antonio Benítez.

“Saúl’i”, como era conocido Cabrera Franco, había sido detenido por última vez en setiembre de 2014, un mes después de que baleara a un policía y secuestrara al chofer de un empresario, tras un millonario asalto en el estacionamiento del Banco Amambay, del presidente Horacio Cartes.

Aquel ilícito fue perpetrado igualmente por el policía Carlos Florenciano Vega, detenido posteriormente en Yby Yaú y quien es hermano de dos terroristas de la banda Agrupación Campesina Armada (ACA) abatidos por la FTC en el Norte.

Los otros dos integrantes de la cuadrilla que fueron capturados vivos en el mismo operativo en Limpio fueron Diego Armando Lara Valinotti (25) y Nelson Pastor López Espinoza (24), ambos del barrio Santa Rosa de Santísima Trinidad y quienes ya guardan reclusión en Tacumbú.

Sobre el primero, los policías de Investigación de Delitos informaron que ya había sido arrestado en varias oportunidades por agentes de las comisarías 12ª y 20ª de Asunción, en carácter de “motochorro”. Llamativamente siempre conseguía su libertad y no se registraban sus procesos penales en el sistema informático, por lo que hasta antes de este fallido golpe no tenía antecedentes.

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