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De acuerdo a los investigadores, en la tarde de ayer, el propietario de la casa, cuya identidad mantuvieron en reserva comenzó a limpiar el patio para entregarlo a un nuevo inquilino. Pero cuando el hombre removió una parte del suelo en el área del jardín, encontró varias bolsas enterradas. Cada una de ellas estaba cargada con panes de marihuana prensada, por lo que denunció el caso ante la fiscalía. Tras la intervención de los agentes de la Senad, se pudo confirmar que 68 kilos de la droga, valuada en US$ 3.000, estaba enterrada en el sitio.
Esta propiedad fue alquilada por varias personas durante el año 2014, y presumiblemente una de ellas utilizó el lugar para almacenar la droga y luego distribuirla a los pequeños traficantes que operan en la zona, señalaron los intervinientes.
“Precisamente, en esta zona están instalados varios distribuidores de “macoña” y crack, que operan en la capital y varias ciudades aledas”, señaló uno de los agentes. Tras la intervención, el fiscal Ysaac Ferreira dispuso el traslado de la “mercancía” a la base de la Senad.