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Para la Lic. Noelia Errecarte, de la Fundación Saraki, la legislación pone un punto final al vía crucis de numerosas familias en busca de la educación de sus hijos, cuyos derechos quedaban supeditados a la buena voluntad de los directivos de las instituciones educativas.
“Es una ley que se promulgó en diciembre y está vigente, y si bien establece que su implementación debe darse al año siguiente de su promulgación, que es este año, somos realistas de que no están dadas las condiciones para eso. Esta es una ley que va a revolucionar nuestro sistema educativo y eso implica renovar varios aspectos previos, por eso creo que en el 2015 recién se va a poder implementarla”, explicó.
Errecarte recordó que a causa del rechazo de los colegios, numerosos niños y niñas egresan de la escuela especial sin herramientas para progresar o quedan en el analfabetismo total.
“De una u otra manera hay sensibilización en el entorno laboral, con el derecho a voto y otros, pero en el aula implica trabajar otras cuestiones como replantear familias de niños y jóvenes a sacarse ciertos tabúes. También los educadores deben comprender que no se quedan sin trabajo, sino que ahora deben asumir el rol protagónico de acompañar, sensibilizar y planificar la mejor manera de implementar la educación inclusiva”, indicó.
La Ley que pone en plan de igualdad a todos los niños, niñas y adolescentes del país en el ámbito educativo es acompañada con expectativa por los grupos que nuclean a personas con discapacidad desde su elaboración (por técnicos del MEC), pues pretenden participar en la elaboración de las reglamentaciones. Lo que queremos es “nada sobre nosotros sin nosotros”, acotó Errecarte.
Más detalles, en el Semanario Judicial de hoy.
BENEFICIOS PARA TODOS
Noelia Errecarte, de la Fundación Saraki: “La inclusión nos va a permitir que tengamos una nueva generación de niños y jóvenes más tolerantes y conscientes de las diferencias que nos hacen únicos, vamos a tener una generación de futuros adultos mucho más sensibilizados y vivir la inclusión con más naturalidad”.
Juan Carlos Paredes, de AsiDown: “El compartir con chicos con cierta discapacidad en el aula hace que la mayor parte de los jóvenes se vuelva más solidario, más comprensivo de las diferencias que puede haber entre una persona y otra, y hace que sea más fácil integrarlos”.