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La balacera se registró dentro de un bus de la empresa “Canindeyú”, con chapa BHG 303, que partió a la medianoche de la Terminal de Ómnibus de Asunción con destino a Salto del Guairá, al mando del conductor Javier Ferreira y con Ismael Giménez como guarda.
Según los datos, el colectivo iba alzando personas por el camino, hasta completar unos 50 pasajeros.
En la zona del cruce Calle 6.000, distrito de Guayaybí, abordó el micro un joven quien, llamativamente, pidió al chofer que se detuviera solo 40 kilómetros después, supuestamente como para volver a bajarse.
En cambio, en el sitio ya esperaban otros cinco hombres. Cuatro de ellos subieron y alertaron que se trataba de un asalto, mientras que uno se puso frente al micro para evitar que avanzara. Justamente, el conductor Javier Ferreira intentó acelerar, pero el delincuente abrió fuego con una escopeta y disparó contra el parabrisas.
Con el chofer y el guarda dominados, dos maleantes subieron a la parte superior del colectivo, donde comenzaron a despojar de sus pertenencias a todos los pasajeros.
La reacción
Mientras tanto, otro de los asaltabuses tenía la misión de atracar a los de la parte baja, pero cuando abrió la puerta ya fue baleado en el pecho por uno de los pasajeros, quien resultó ser el mayor de Ejército Jorge Ramón Garcete Luraghi (39), que estaba armado con una pistola 9mm.
El malviviente abatido fue identificado como Héctor Ayala Velázquez (23), oriundo de Caraguatay y con una orden de captura pendiente por robo agravado.
Cuando Ayala Velázquez cayó en la puerta del micro, dos de sus cómplices se apuraron a verificar lo que ocurría y también fueron atacados por el militar, quien logró eliminar también a Bartolino Samaniego (35), domiciliado en Santaní.
Otro sospechoso también resultó herido, pero pudo bajar del bus y alertar a sus otros cómplices, con quienes huyeron hacia el predio de la estancia “Capitán Arrechea”.
El militar fue imputado por la fiscalía, pero los investigadores admitieron que actuó en defensa propia y de los demás pasajeros.