Lo que Paraguay debe saber sobre el uso de la cloroquina contra el covid-19

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El Dr. Arturo Papaluca, Ph.D. en Medicina  experimental por la Universidad  de Montreal.
El Dr. Arturo Papaluca, Ph.D. en Medicina experimental por la Universidad de Montreal.Archivo, ABC Color

El Dr. Arturo Papaluca, médico paraguayo residente en Montreal, Quebec, Canadá, aborda en este artículo escrito para ABC Color sobre el uso de la cloroquina, “un fármaco que debería estar altamente controlado por las autoridades para evitar una catástrofe de salud a nivel nacional y evitar secuelas en la población”, según advierte. Asegura que una de las mayores preocupaciones no es su uso sino la ignorancia acerca de él.

Covid-19, enfermedad por coronavirus 2019, es una emergencia de salud pública a nivel mundial conocida como una infección viral de rápida propagación que puede causar la muerte inducida por neumonía en aproximadamente el 2.5% de personas adultas infectadas. Con aproximadamente el 15% de pacientes en estado grave y hospitales saturados, presentemente, no existe una vacuna ni un tratamiento farmacéutico eficaz para combatir la enfermedad y, por lo tanto, se necesitan desesperadamente tratamientos clínicos alternativos.

Para afrontar la pandemia del covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un ensayo clínico global enfocado en cuatro fármacos que se utilizan en el tratamiento de otras enfermedades que podrían ser eficaces para combatir el coronavirus:

El remdesivir, antiviral que se utiliza para tratar pacientes con ébola; la cloroquina e hydroxycloroquina, fármacos que se utilizan para tratar pacientes con malaria y enfermedades autoinmunes; la combinación de fármacos ritonavir/lopinavir que se utiliza para tratar pacientes con VIH; y la combinación más compleja de ritonavir/lopinavir con el antiinflamatorio interferón beta. Entre estos fármacos, la cloroquina y la hydroxycloroquina han ganado gran atención de científicos, de gobiernos y de agencias de salud a nivel mundial como tratamiento alternativo para pacientes graves con coronavirus, pero la ignorancia médica acerca de su uso y prescripción podría resultar en casos peores.

¿Podría la cloroquina prevenir el mecanismo de infección del virus SARS-CoV-2?

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La cloroquina pertenece al grupo de fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) que actúan reduciendo la progresión de enfermedades autoinmunes. La cloroquina se viene utilizando en todo el mundo desde los años 40 y forma parte de la lista de medicamentos esenciales de la OMS (1).

A pesar de ser un fármaco económico y establecido clínicamente para el tratamiento de malaria y artritis reumatoide, el mecanismo de acción y la eficacia de la cloroquina para el tratamiento de la neumonía causada por el SARS-CoV-2, virus que causa el covid-19, no se conocen.

El mecanismo de infección celular del virus SARS-CoV-2 es complejo. La superficie del virus contiene una proteína llamada SPIKE (Puntas) que es reconocida por receptores celulares que induce una cascada de mensajes dentro de la célula que permite la entrada del virus. Una vez adentro, el virus libera su material genético el cual es reconocido por la célula huésped y es traducido a proteínas virales. Estas proteínas virales son reincorporadas en un nuevo virus el cual es liberado de la célula huésped para poder infectar nuevas células y de ese modo invadiendo el organismo.

En farmacología, la cloroquina se utiliza para el estudio de nanopartículas en aplicaciones biológicas. Se usa experimentalmente para bloquear el proceso biológico llamado endocitosis, que es el proceso por el cual nanopartículas de tamaño específico entran a las células.

La lógica de utilizar este fármaco para el tratamiento del coronavirus es la siguiente; siendo que el tamaño del virus SARS-CoV-2 (60–140 nm) (2) cae en el rango de tamaño y forma de nanopartículas comúnmente estudiadas (14–2,600 nm) (3), la hipótesis es que la cloroquina bloquearía la entrada del virus al interior de la célula y por lo tanto prevendría la infección viral del organismo. Siguiendo esta lógica en pocos detalles, la cloroquina bloquearía la interacción entre la proteína SPIKE y los receptores celulares bloqueando la entrada del virus en la célula (4).

Específicamente, los estudios experimentales con nanopartículas podrían proporcionar pistas sobre potenciales alteraciones biológicas inducidas por la cloroquina, pero estamos lejos de entender su mecanismo de acción contra el virus SARS-CoV-2.

Efectos adversos de la cloroquina y brechas en su investigación. Se ha documentado clínicamente que la cloroquina causa efectos adversos a corto plazo, como náuseas, diarrea por varios días, dolores abdominales severos, cambios abruptos de estado de ánimo que podrían resultar en depresión, y más importante, el uso prologando podría resultar en retinopatía afectando irreversiblemente la vista. Este fármaco está prohibido en mujeres embarazadas ya que puede causar defectos congénitos irreversibles en el feto.

Referente al tratamiento del covid-19, todavía no se ha evaluado el perfil dosis-respuesta y eficacia de la cloroquina, no se conoce su respuesta biológica luego de su interacción con otros fármacos dentro del cuerpo, todavía no se ha establecido la dosis adecuada para pacientes con insuficiencia renal, no se ha establecido la acción farmacológica de la cloroquina en eventos cardiovasculares y eventos tromboembólicos, y no se ha validado los factores de riesgo asociados con la aparición y progresión de retinopatía por cloroquina (1).

Debido a la crisis que el mundo está viviendo, todos estos puntos están siendo ignorados y, por lo tanto, la falta de conocimiento, podrían poner en gran riesgo a pacientes con síntomas leves y a personas con intención de automedicarse cloroquina como profilaxis.

Política científica acerca del uso de la cloroquina. Debido a la falta de una vacuna para combatir el virus SARS-CoV-2, varias entidades científicas y gobiernos han enfatizado la importancia de evaluar los efectos terapéuticos y el potencial como profilaxis de fármacos que fueron aprobados para el tratamiento clínico de otras enfermedades.

La OMS y su propuesta de utilizar fármacos como remdesivir, cloroquina, ritonavir/lopinavir ha dividido el cuerpo científico en diferentes opiniones a nivel mundial. Muchos científicos renombrados han llamado la atención a las autoridades mundiales al hacer interpretaciones prematuras e ignorantes acerca del uso de estos fármacos en especial la cloroquina para combatir el covid-19. Indicaron que solo datos preliminares existen y que estudios clínicos aún están en curso. Si bien podría ser una solución a corto plazo para controlar hasta cierto punto la pandemia del covid-19, la falta de pruebas clínicas claves realizadas con protocolos de validación y control de calidad estrictos y publicados en alguna revista científica renombrada con comité de revisión independiente, pone en duda el uso de este fármaco.

Recientemente, la Food and Drug Administration (FDA) en los Estados Unidos ha aprobado el uso exclusivo de la cloroquina solo en pacientes graves y argumentaron que el posible beneficio supera el riesgo. Importantemente, han advertido acerca de los potenciales efectos adversos que podría tener durante y después del tratamiento y han prohibido su uso como profilaxis. La República de China y la Unión Europea también han limitado el uso de la cloroquina solamente en pacientes graves con covid-19 y han advertido claramente acerca de sus efectos adversos y las consecuencias negativas que podría tener su uso como profilaxis.

No obstante, debido al cuerpo médico desinformado y apresurado a prescribir la cloroquina a pacientes asintomáticos, con síntomas leves o como profilaxis, la demanda de producción del fármaco es masiva y dichas precauciones fueron altamente ignoradas por gobiernos a nivel mundial, y esto probablemente se ve potenciado por el interés económico por parte de las compañías farmacéuticas. Por lo tanto, este comportamiento está teniendo consecuencias inmediatas como la escasez del medicamento, poniendo en peligro a pacientes que necesitan cloroquina para tratar la malaria, el lupus o la artritis reumatoide. También, se han reportado muertes por automedicación de cloroquina en Estados Unidos, en Europa y en África, y debido al pánico que se ha generado, Brasil y Argentina han incrementado la producción de cloroquina.

Los esfuerzos para distribuir ampliamente tratamientos no confirmados son, en el mejor de los casos, equivocados y, en el peor, muy peligrosos. Muchos estudios clínicos que utilizaron cloroquina en pacientes con coronavirus son contradictorios y las medidas de uso de este fármaco deberían estar altamente controladas por las autoridades de la República del Paraguay para evitar una catástrofe de salud a nivel nacional y evitar secuelas en la población.

Una de las mayores preocupaciones en medicina experimental no es el uso del fármaco, sino la ignorancia acerca de el. Es muy importante seguir las recomendaciones basadas en evidencia científica para no tomar decisiones precipitadas que podrían resultar en consecuencias peores.

Referencias:

1 Schrezenmeier, E. & Dorner, T. Mechanisms of action of hydroxychloroquine and chloroquine: implications for rheumatology. Nat Rev Rheumatol 16, 155-166, doi:10.1038/s41584-020-0372-x (2020).

2 Zhu, N. et al. A Novel Coronavirus from Patients with Pneumonia in China, 2019. N Engl J Med 382, 727-733, doi:10.1056/NEJMoa2001017 (2020).

3 Wolfram, J. & Ferrari, M. Clinical Cancer Nanomedicine. Nano Today 25, 85-98, doi:10.1016/j.nantod.2019.02.005 (2019).

4 Hu, T. Y., Frieman, M. & Wolfram, J. Insights from nanomedicine into chloroquine efficacy against COVID-19. Nat Nanotechnol, doi:10.1038/s41565-020-0674-9 (2020).

PERFIL

El Dr. Arturo Papaluca, bioquímico y genetista paraguayo residente en Canadá trabaja actualmente en la Universidad McGill de Montreal, Canadá.

Obtuvo su Ph.D. en Medicina Experimental de la Universidad de Montreal donde estudió proteínas de membranas y su relación con diversos fármacos y nanopartículas.

Actualmente está estudiando política científica y toma de decisiones gubernamentales y desarrollando métodos de diagnóstico para covid-19 en el Departamento de Farmacología de la Universidad McGill, Canadá.

Su tesis y artículos científicos publicados están enfocados en el transporte de fármacos y nanopartículas a través de proteínas de membrana celular.

También obtuvo su M.Sc. en Bioquímica y Medicina Molecular de la Universidad de Montreal donde desarrolló un método informático de cuantificación celular.

Trabaja como Posdoctorado en la Universidad McGill donde está estudiando Ciencias Políticas y Farmacología.

Es miembro de la Orden de Químicos de Quebec (Montreal, Canadá).

Completó su M.Sc. en Biología Molecular y Microscopia de la Universidad de Montreal y M.Sc. en Bioquímica y Medicina Molecular de la Universidad de Montreal.

arturopapaluca@hotmail.com

Twitter: @ArturoPapaluca