Adolescente cumplió su sueño de operarse

Resaltar la humanidad y el espíritu de solidaridad hacia personas necesitadas es una actitud positiva que se va perdiendo en nuestra sociedad actual. Por eso, en esta nota destacamos el caso de Lorena Lezcano (16), quien ayudó a Carlos Fariña (14) a cumplir su sueño: operarse del labio fisurado, para no ser discriminado.

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Es importante resaltar la actitud solidaria que tiene una joven hacia el semejante, en una época en que muchos dan rienda suelta a sus actitudes violentas y buscan perjudicar a sus pares.

Este es el caso de Lorena Lezcano (16), quien, a pesar de todas las dificultades emocionales propias de una joven que está sobrellevando el divorcio de sus padres, se dedica de lleno al deporte, al estudio y a cumplir el máximo sueño de un joven que padece todo tipo de discriminaciones por tener el labio fisurado.

Todo empezó hace un año, cuando Lorena Lezcano Morales, que cursa el segundo de la Media, en el colegio Sagrado Corazón de Jesús de Fernando de la Mora, escuchó a la profesora de Religión, Sonia Sánchez, contar la historia de Carlitos Fariña, un niño de 14 años que padece de labio fisurado y paladar hendido y era muy discriminado por su condición. Su máxima ilusión era operarse y ser un niño “normal”.

Muy conmovida por la historia que escuchó, Lorena, al llegar a su casa, le preguntó a su papá Nelson Lezcano si había alguna forma de ayudar al niño para hacer realidad la cirugía que necesitaba.

Fue así que el padre de la joven llamó a un amigo médico para poder contactar con el cirujano plástico Artemio Núñez, quien atendió al niño y se ofreció a operarle gratuitamente. La cirugía se concretó el 16 de agosto, Día del Niño, de este año. La dueña del sanatorio San Sebastián, Patricia Aldama, atendió sin costo alguno al niño.

Según Lorena, le lastimó que Carlitos sufriera mucha discriminación por su condición y por eso lloraba frecuentemente. Él vive en un asentamiento de nombre “17 de Junio”, de Villa Elisa. Tanto sufría, que el papá del niño que es carnicero en el Mercado de Abasto, iba a vender la humilde casa donde viven para que se pudiera operar.

“Mi papá me ayudó a contactar con sus amigos y así se hizo posible la operación el 16 de agosto de este año para que Carlitos sea operado gratuitamente. En mi familia estamos acostumbrados a preocuparnos por nuestros semejantes que pasan situaciones difíciles en la vida. Por eso, el caso de Carlitos me emocionó y con mis padres y sus amigos le cumplimos el sueño: operarse de su labio fisurado”, significó la joven.

Por su parte, Nelson Javier Lezcano Ríos, padre de Lorena, dijo: “Mi hija vino a comentar en casa la situación de Carlitos. Nos dijo que el mayor sueño del niño es terminar el colegio para poder trabajar y poder operarse.

“Qué podemos hacer por él, papá”, me dijo con lágrimas en los ojos. Entonces, me puse en comunicación con mis amigos y así logramos hacer realidad el sueño de Carlitos.

Nelson Lezcano resaltó, muy emocionado, la actitud y solidaridad de su hija adolescente que está pasando también una situación difícil en su vida y aún así piensa en ayudar a los demás.

“Somos padres divorciados desde hace cuatro años. Desde el 14 de agosto del año pasado, Lorena optó por venir a vivir conmigo. Cuando vino su comportamiento no era bueno y a un año de mucho diálogo, esfuerzo y sacrificio empezamos a superarnos. Ella asumió la realidad que le toca vivir y ahora es una joven excelente, bondadosa, sensible a las necesidades sociales. Nunca me exigió pretensiones materiales ni lujos”, resaltó el padre de la joven.

Añadió que para él son un orgullo los valores que transmite, que son dignos de ser imitados por otros jóvenes.

“Si hay tantos sueños y proyectos de muchas personas que menos tienen, con un acto solidario se puede dar una manito a esas personas para realizarles el sueño”, resaltó Nelson.

“Fue muy emotiva la vida de Carlitos para mí, porque todos pasamos por malos momentos y queremos encontrar gente que nos tienda una mano, un consejo, un apoyo. Lamentablemente, cada vez más nos matamos detrás del dinero y nos olvidamos de los valores que tenemos que rescatar e ir acrecentando para tener una sociedad más humana y solidaria”, manifestó.

La madre

Gilda Fariña Ramírez (40), madre de Carlitos, y una nena resaltó que se fueron muchas veces al Hospital de Clínicas y al Inpro. A los nueve meses su hijo tuvo la primera operación, la segunda fue después de dos años, en el Hospital de Clínicas, pero no quedó bien. También fueron a la Fundación Operación Sonrisa y le dijeron que no podían ayudarlo porque ya se había operado dos veces.

“Me dolía que a Carlitos cuando jugaba fútbol con sus amiguitos le tentaban. Este último año bajaron sus calificaciones. Le pregunté qué pasaba y me dijo: ‘Ya quiero trabajar para operarme’. Entonces yo y mi marido le dijimos que íbamos a vender nuestra precaria casa en el asentamiento. Y así fue que la maestra de Religión contó en el grupo donde estaba Lorena, el caso de Carlitos”, contó.

“El mejor regalo por el Día del Niño fue su operación y lagrimeando dijo: Ya nadie me va a decir forifo y se puso muy contento. Así le cumplieron el sueño a Carlitos. Estoy muy agradecida con Lorena porque es una joven que se preocupa por los pobres”, dijo.

Sufría discriminación

Carlitos (14) va al octavo grado en la escuela Dr. Moisés Santiago Bertoni, en Villa Elisa.

“Desde mi operación todo cambió en mi vida. Antes era muy discriminado por mis amiguitos del barrio, me tentaban. Me decían ‘forifo’, tenía vergüenza para hablar, no era feliz. Después de la última operación se cumplió mi sueño, gracias a Lorena y mucha gente de buen corazón”, dijo con lágrimas en los ojos el adolescente.

Dijo que cuando termine sus estudios quiere ser mecánico. En sus ratos libres, va a una gomería donde un señor le está enseñando de a poco.

“Lo que más deseo para todos los niños y jóvenes es que tengan siempre salud, que puedan estudiar y que sean felices, que no perjudiquen a nadie, que tengan amigos verdaderos que no discriminen a nadie por tener algún problema”, expresó.

“Dios me ayudó mucho en la vida. Vivo con mis padres, tengo una hermanita, estudio y ahora me operé. Ahora ya no me falta nada para ser feliz, porque puedo llevar una vida normal”, reflexionó el niño.

Carlitos instó a los niños y jóvenes a que respeten las diferencias que puedan tener otras personas, porque no todos son iguales. No hay que discriminar, porque cada uno tiene sus sentimientos.

“Hay que ayudar a la gente que menos puede. Yo no perdí la esperanza y encontré ayuda, gracias a Dios. Por eso estoy muy agradecido con Lorena y toda la gente que hizo posible mi operación en forma gratuita”, concluyó.

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