Afirman que explotan quebracho legalmente

El empresario Herid Raúl González y su hijo, del mismo nombre, aclararon en nuestra redacción que hace un año están trabajando con los indígenas chamacocos del Alto Paraguay, en un plan de explotación del quebracho, por el cual los nativos reciben un importante beneficio para mejorar sus comunidades.

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El concejal de Bahía Negra, Cándido Martínez y el nativo Marcelino Barra, habían denunciado en nuestra redacción que caciques de las comunidades indígenas Karcha Bahlut y Puerto Esperanza, Alto Paraguay, estarían vendiendo quebracho rojo. Martínez explicó en su momento que la venta masiva se inició en el 2011 y consideró el hecho como un atropello a las comunidades indígenas.

González explicó que el plan de aprovechamiento de la madera tiene la licencia de la Secretaría del Ambiente (Seam) así como del Instituto Forestal Nacional (Infona). La licencia ambiental es la N° 275/11 aprobada el 30 de enero de 2012 por el Infona, que establece el aprovechamiento de 11.000 hectáreas por 15 años, restando otras 10.000 hectáreas que corresponden a campos naturales, aguadas y caminos.

En nota que remitió a nuestra redacción, explicó que hasta ahora no han podido sacar absolutamente nada debido al mal estado de los caminos.

Calificó de mal intencionado a Martínez, quien está recurriendo a todas las instancias judiciales para frenar la explotación, esta situación ha llevado a su empresa demostrar a las autoridades que está trabajando cumpliendo con todas la leyes. “Podemos asegurarles que no existe ni un solo metro cuadrado de deforestación, no se ha sacado a un solo producto de las 700 hectáreas permitidas para este año. La Intendencia de Bahía Negra, donde Martínez es concejal, tiene todos los documentos pertinentes de Seam, Infona, Indi y demás organismos”, expresa la nota.

González explicó que el líder Froilán Barboza y el vice líder Roberto Capatai y su hermano Pablo Barboza fueron los que le invitaron a explotar el bosque con base en una producción selectiva de durmientes, postes, palo santo, y carbón. Esta explotación, según los nativos, beneficia a 800 personas indígenas que antes vivían en la extrema pobreza.

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