Asunción vista a través de los hitos de sus memorias

El Museo Memoria de la Ciudad de Asunción abarca la historia desde los habitantes primitivos, pasando por la fundación de la casa fuerte, los usos y costumbres de la época colonial, la rectificación de las calles ordenada por el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, hasta llegar al proyecto de la Franja Costera.

A la entrada se exhibe la artística puerta del demolido Club Nacional, donde el Mariscal López y Madame Alicia Elisa Lynch bailaban valses europeos. Ya en la antesala está la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de la capital paraguaya. Aquí hay vitrinas que exponen materiales de construcción, maderas y adornos de mampostería utilizados en las casas del ayer. Muestras de tejas traídas de España y sus similares hechos por los nativos resaltan en una de ellas. Otro exhibidor permite ver una serie de alcayatas y herrajes de aberturas del tiempo colonial. Llama la atención una puerta con vidrios esmerilados de la casa de Higinio Uriarte, presidente entre 1877 y 1878.

Amplias vitrinas dispuestas en el gran salón principal contienen pinturas de indígenas, firmadas por Roberto Holden Jara, un gran lienzo de Ignacio Núñez Soler que retrata el Mercado Guasu y un óleo del puerto de Asunción, hecho por Héctor Da Ponte. Además, el visitante podrá observar varios cuadros, grabados y dibujos que pintan aspectos de la ciudad y su gente. En un rincón aparece la guitarra de Mitã’i Churi, el artista naif Carlos Federico Reyes, junto a una pintura suya. Diarios, revistas y libros relacionados a la historia asuncena forman parte del atractivo acervo.

Una serie de figuras de barro del artista catalán Serafín Marsal recuerda a los personajes del Mercado Guasu. Y no faltan los planos y mapas de 1869, 1884 y 1929 que revelan el crecimiento urbano en distintos periodos. Tarjetas postales y fotografías originales también contribuyen a divulgar el perfil urbano y social de antaño.

Reproducciones de los periódicos El Centinela, Cabichuí y otros materiales representan el capítulo de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). La religiosidad tiene su simbolismo en una talla del siglo XIX de la Virgen de la Asunción, con corona y bastón de plata y manto de ñandutí y en un nicho pintado de la Virgen del Rosario, del siglo XVIII, originario del pueblo de Tavapy que perteneció a la familia Isasi Peña. Y un escudo de la ciudad, tallado en madera y pintado en el siglo XVIII es junto al retrato del fundador de Asunción, Juan de Salazar y Espinosa (óleo pintado por Modesto Delgado Rodas) la reliquia más apreciada por los visitantes.

Y desde un vidrio se mira el montaje de un dormitorio colonial, en otra sala. Está la cama con trama de cuero, hamaca, sillas de cuero, utensilios para el mate y muebles del siglo XVIII.

Está abierto durante todo el año

El Museo Memoria de la Ciudad ocupa una de las nueve casas que integran la Manzana de la Rivera. Queda en la esquina de Ayolas y El Paraguayo Independiente. Recibe la visita del público, de lunes a viernes de 07:00 a 19:00, los sábados de 08:00 a 20:00 y los domingos de 09:00 a 20:00. El acceso es gratuito.

Funciona bajo administración de Angelita Duarte de Chytil, directora de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción, y de Ana Martini, directora del Centro Cultural de la Ciudad Manzana de la Rivera.

Obra única de la época colonial

Si bien la Casa Viola no cuenta con documentos que revelen de quién era y cuándo se construyó, las características muy peculiares de su emplazamiento en falta escuadra con relación a la estructura actual de la ciudad, ayudan a concluir que ya estaba erigida a inicios de 1800, aunque versiones autorizadas afirman que la misma data de 1756.

Es el único edificio que queda en pie de los ejemplos de la arquitectura estrictamente colonial y es el último vestigio que subsiste del antiguo trazado de Asunción.

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Fotos: ABC/Arsenio Acuña