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Hoy día, el fiscal Martín Cabrera, quien recibió la denuncia, reconoce que el escrito de referencia no necesariamente debía ser integrado como prueba, en virtud de que, al no haber sido remitido, no se convertía en un instrumento de prueba porque al no haber sido remitido no se perfeccionó la acción.
ENTREGARON TODOS LOS ORIGINALES DE CARTAS Y CASETES
En el momento de la denuncia, los jóvenes presentaron todas esas evidencias, incluidos dos casetes con grabaciones de las conversaciones con el obispo. En la carta fechada el 4 de diciembre solicitan la suma de 30.000 dólares para cada uno por el silencio de haber mantenido relaciones sexuales con el obispo y para poder empezar una nueva vida dignamente en otra ciudad.
Este escrito sirvió de base y prueba principal (según el escrito de la querella) para una contrademanda formulada por Livieres Banks en contra de los jóvenes por el supuesto delito de extorsión, coacción, producción de documento no auténtico y asociación criminal ante la Fiscalía General del Estado.
Esta carta nunca llegó a manos del obispo. Según la misma querella presentada por Livieres, la fotocopia de la carta le fue exhibida por primera vez por el periodista encarnaceno Javier Mangiafico. Una vez en mi presencia me entregó (Mangiafico) fotocopias del supuesto acuerdo firmado por los denunciantes y por mí -que jamás firmé- fechado 22 de noviembre y de la carta de fecha 4 de noviembre, posteriormente en presentación ante la fiscalía, corregida como 4 de diciembre, en la que la suma exigida era de TREINTA MIL DOLARES AMERICANOS.
Con el patrocinio de los abogados José Casañas Levi y Rodolfo Gubetich Mojoli, Livieres incluyó también en su denuncia al sacerdote diocesano Marcial González Figueredo, quien actuó de intermediario a pedido de los jóvenes en una reunión con el obispo.
REDACTARON LA CARTA, PERO NUNCA LE DIERON A LIVIERES
El escrito con el pedido de dinero que motivó la denuncia de Livieres nunca fue remitido por los supuestos extorsionadores. Según los denunciantes, la carta en la que solicitan los 30.000 dólares fue redactada a pedido del obispo, debido a que los 3.000 dólares pactados inicialmente no eran suficientes para abandonar la ciudad y afincarse en otro punto del país. El documento original fue anexado al expediente a pedido del fiscal Cabrera, según la versión de los jóvenes.
Los denunciantes sostienen que el fiscal habría actuado a sabiendas de que el documento posteriormente podría ser usado en su contra, tal como aconteció posteriormente. Sin embargo, en su versión, Cabrera rechazó que haya tenido intención de tender una trampa a los denunciantes al admitirles el documento que podría ser contraproducente a sus intereses.
Yo les pedí que acercaran todos los elementos disponibles que pudieran servir para corroborar su denuncia, y fue una decisión de ellos presentar ese escrito, yo como fiscal no puedo decirles presenten esto o no presenten esto porque les puede perjudicar, afirmó.