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Afirman que la situación que atraviesan los compatriotas se debe al éxodo de campesinos expulsados de sus tierras por los grandes intereses económicos.
“Este hecho de la problemática social de los inundados se ve agravado por la acción de los politiqueros y este sistema imperante que genera cada día pobres más pobres”, expresa el documento.
Al referirse a la situación actual, denuncian que hay un manejo sectario de la política que privilegia solo a los partidarios y en contrapartida margina a otros y genera descontento en todos los sectores.
El documento, que lleva la firma de Juan Benítez, también cuestiona la corrupción imperante en el país, que genera pobreza y gran desconfianza entre la población.
En otra parte valora el servicio de la Iglesia en la ayuda a los refugios y aclara que esta realidad de los damnificados sin acceso a baños y agua potable interpela y recuerda las palabras del papa Francisco, quien dijo que “si no tenés un corazón solidario, si no sabés lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil o es enferma o está muerta”.
Situación actual
Según la Pastoral Social Arquidiocesana, la actual crecida del río Paraguay afecta a unas 20.000 familias asuncenas que están siendo asistidas por la Mesa Nacional de Asistencia a los Damnificados, que incluye a la Iglesia, Secretaría de Emergencia Nacional, Pastoral Social, Fundación de la Asociación Rural del Paraguay, Municipalidad de Asunción y Banco de Alimentos. Cuenta también con apoyo de las Fuerzas Armada, Policía Nacional y el Ministerio de Salud.
Todas estas organizaciones realizaron una colecta de alimentos y lograron juntar 300.000 kilos de víveres que están siendo repartidos a los afectados de la zonas de Presidente Hayes, Ñeembucú y sectores bajos de Asunción.
Una vez entregada la totalidad de los víveres se procederá a diseñar otra campaña nacional para afrontar la próxima creciente del río que comenzaría en marzo y se prolongaría hasta julio. Se cree que para esa época la altura del río llegaría a 9 metros.