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Cumpliendo con las predicciones, el fenómeno “El Niño” está entrando en su etapa de mayor activación, que se traduce en nuestro país con abundantes y continuas lluvias, con derivaciones de raudales e inundaciones por crecidas de los ríos y todos los cursos hídricos.
Este fenómeno sucede como consecuencia del calentamiento de las aguas del océano Pacífico, principalmente en las costas peruanas.
Dicho calentamiento genera cambios en el comportamiento del clima en gran parte del mundo. Para alguna región el impacto es en forma de sequía, pero para nuestra zona es al revés: con abundantes lluvias.
En las últimas semanas se vienen sucediendo una serie de lluvias torrenciales en nuestro país, y los pronosticadores coinciden en que serán más continuas (ocurrencia en menor corto tiempo) y más intensas, con volúmenes superiores a los 100 milímetros, incluso orillando o superando los 200 mm.
El fenómeno “El Niño” ocurre en coincidencia con la cumbre de cambio climático que se iniciará el lunes próximo, en Lima, Perú, y que por dos semanas congregará a científicos de todo el mundo.
¿Nos preparamos?
De esta situación se viene alertando desde mediados del primer semestre de este año, con la crecida del río Paraguay.
Una de las medidas desde el Gobierno, en la parte preventiva, fue pedir a los damnificados permanecer en los refugios hasta que pase el efecto del fenómeno “El Niño”, cuya etapa de mayor actividad se prevé entre fines de noviembre, todo diciembre y hasta pasada la quincena de enero próximo.
Sin embargo, hay familias que retornaron a la zona del “territorio” de las aguas y, en breve, serán de nuevo reubicadas.
En cuanto a las ciudades, la falta de un buen sistema de drenaje hará que los raudales se adueñen de las calles principales, como se tuvo ayer y otros días de intensas lluvias.
Para estos casos urge señalizaciones de advertencia visibles en zonas críticas, para evitar que vehículos queden arrastrados en fosas, canales y zanjones, con víctimas fatales, en su mayoría de las veces.
walberto@abc.com.py