Hoy se cumple una década de la tragedia que estremeció al Paraguay

Hace diez años, el país se estremeció de tristeza y dolor. La mañana del domingo 1 de agosto de 2004 se tiñó de espanto, cuando cerca del mediodía se desató un incendio que causó 350 muertes y heridas que aún no sanan.

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Hoy, las víctimas, sobrevivientes y familiares recordarán ese momento con reclamos de justicia, reparación y prevención.

En la fecha se cumplen 10 años de la tragedia que dejó según la justicia paraguaya, unos 350 muertos y un número similar de heridos. A lo largo de estos años, hubo muchas protestas y luchas para lograr justicia, lo que, según las víctimas y familiares, nunca llegó.

Hoy, a partir de las 8:00, se oficiará una misa, se presentarán un libro y la nueva Ordenanza de Prevención contra Incendios para la seguridad humana, en el mismo lugar donde ocurrió la tragedia. A las 11:00 se hará un acto simbólico, toque de sirena, lectura del manifiesto y un acto ecuménico.

Era el domingo 1 de agosto de 2004. El incendio en el supermercado Ycuá Bolaños se inició a las 11:20, cuando el recinto se encontraba abarrotado por más de 800 personas. Según los primeros informes de los bomberos, se produjo una explosión en el sistema de gas de la cocina, que se propagó hacia la cafetería y arrasó con las dos plantas del edificio, incluyendo el estacionamiento.

Según supervivientes, eso provocó una estampida hacia las salidas, durante la cual el recinto se llenó de humo y se produjo un apagón. Las víctimas aseguran que al llegar a las puertas descubrieron que estas se encontraban cerradas, por lo que no pudieron huir, quedando todos encerrados en una gran pira funeraria. Según declaraciones vertidas durante el proceso criminal, las puertas fueron cerradas por órdenes de los superiores, con el fin de no dejar que nadie saliera sin pagar.

Para extinguir el fuego fue necesaria la presencia de más de cincuenta carros bomba y más de 1.000 bomberos, que fueron ayudados a su vez por miembros del Ejército y de la Policía. La extinción completa tomó cerca de cuatro horas, durante las cuales los primeros heridos fueron derivados a distintos hospitales de la capital. El sistema sanitario se vio superados por la magnitud de la tragedia. A solicitud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los presidentes de Brasil, Argentina y Chile donaron respiradores mecánicos, se enviaron insumos, suministros y personal médico y se puso a disposición de Paraguay 50 camas UTI y 200 camas de internación clínica, para superar la sobredemanda.

La Procuraduría General de la República consiguió ayer que las cinco fincas expropiadas pertenecientes al local del exsupermercado Ycuá Bolaños sean inscriptas como patrimonio del Estado paraguayo.

“Las fincas expropiadas en el distrito de Santísima Trinidad ya no pertenecen a Juan Pío Paiva Escobar, pasando a ser patrimonios del Estado paraguayo”, menciona el informe. Este hecho implica que podrá darse cumplimiento al artículo cuarto de la ley de expropiación que determina que los inmuebles expropiados serán destinados a sede cultural y de recordación de la tragedia.

El edificio donde se produjo el incendio había sido inaugurado tres años antes y abarcaba una superficie de 12.000 metros cuadrados. Contaba con estacionamientos para más de 350 vehículos, además de oficinas y un restaurante.

Los informes periciales lo calificaron con posterioridad como “una bomba de tiempo” porque no contaba con medidas de extracción del material altamente inflamable acumulado en la cocina, lo que terminó convirtiéndose en una trampa mortal ese día.

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