Jubilados denuncian desconsideración

Una total falta de consideración de las autoridades vivieron ayer los jubilados dependientes de Caja Central, del Ministerio de Hacienda. Para el simple retiro de tarjeta de débito o su renovación deben padecer una odisea, recorriendo dependencias en el centro capitalino y alrededores, de acuerdo con la denuncia recibida ayer en nuestra redacción.

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Luego de pasar por la Oficina de Jubilaciones –dependiente del Ministerio de Hacienda– para el censo respectivo (Iturbe y Primera) –donde la atención sí es buena, según los testimonios– los afectados debieron llegar hasta el Banco Nacional de Fomento (BNF) para el trámite relacionado con la renovación de tarjetas.

En la sede central del BNF se les informó a los jubilados que tenían que ir a la Oficina de Cuentas Judiciales y Tarjetas de Débito, en otra dependencia ubicada a una cuadra de aquel sitio, y finalmente a la Dirección de Correos para retirar el plástico.

“Los requisitos no son específicos. Nadie nos avisa que hay que traer una fotocopia de la cédula de identidad y no existe fotocopiadora en el lugar. Tampoco explican que solo son las tarjetas que vencen en noviembre y no en diciembre. Esto genera mucha confusión a la gente mayor que viene sola y pasa un calvario”, dijo uno de los afectados.

En cada uno de los lugares hay que formar largas filas. No existe mostrador preferencial, por lo que creen que existe desconsideración hacia ellos, muchos de avanzada edad.

La queja es generalizada por la falta de comodidad para prestar un buen servicio a los jubilados. Tampoco cuentan con vasos para el dispensador de agua. Esto se evidenció cuando una señora que se encontraba en la fila aguardando desde hacía tiempo sufrió una descompensación. Tuvo que ser auxiliada por los presentes hasta que llegue la enfermera.

Los ciudadanos reclamaron que el cobro deberían hacerlo en sus propias casas, ya que la mayoría tiene problemas para trasladarse hasta las oficinas, pero comentaron que no tienen esperanzas de que el servicio mejore.

Miguel Ángel Ortigoza (80), molesto por la situación, manifestó: “Estamos en un país de Tercer Mundo, de ser diferente, nosotros los jubilados recibiríamos los documentos en nuestras casas sin tener que movilizarnos para todos estos trámites. Yo no tengo la esperanza de que el país mejore para los jubilados”.

Ante nuestra consulta, el asesor de Comunicación del Correo, Héctor Latorre, reconoció que se debe realizar una mejor organización para facilitar en todo lo posible y dar prioridad a los jubilados. Prometió realizar esta gestión.

Al concluir los trámites para la renovación de la tarjeta de débito entregaron a los usuarios un montón de materiales que suman las molestias, por el nerviosismo acumulado. Eran trípticos publicitarios de diversas casas comerciales, sin el menor respeto hacia las personas de la tercera edad, dijeron.

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