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Valenzuela resaltó la misión que tuvo María en el acompañamiento de su hijo en el camino de la cruz y seguidamente agregó que en este tiempo es tan importante la misericordia de Dios. “Jesús es misericordioso con la humanidad a pesar de que muchas veces le damos la espalda”, apuntó.
El arzobispo pidió no ser intolerantes con los demás. “Nos condenamos con nuestros chismes y prejuicios. La cruz de Cristo nos invita a ser misericordioso en la familia, en nuestra comunidad, en el trabajo y con los demás”. Agregó que la misericordia que pide Jesús es la misericordia que pide el Papa, que quiere “que seamos compasivos y solidarios con el semejante”.
En las estaciones, los laicos pidieron la protección de Dios ante los males que azotan al mundo entero, como la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución y tantos otros peligros de perdición. “¡Salva nuestras familias! Señor!”, dijeron.
Se comprometieron además ser testigos de la redención y no caer en juicios severos hacia los hermanos pobres y desamparados.