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Cuando entre en funcionamiento el geriátrico, las aguas cloacales irán por los ductos y desde la estación de bombeo se dirigirán hasta la alcantarilla de la Essap, que se encuentra en la ruta. Esta, a su vez, según el presidente de la Essap, Omar Sarubbi, lleva hasta una planta de tratamiento ubicada en el río Salado.
Para el caso de que haya un corte de energía y los generadores no lleguen a funcionar para bombear los residuos, explicó Masi que se construyeron una cámara séptica y un pozo ciego que llevará la cloaca a otro pozo y, desde allí, camiones cisternas se encargarán de vaciar el contenido.
“En ningún caso se va a ir agua al lago, jamás”, dijo Masi a nuestro diario.