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“Esta es una medida que es fácil tomar en países donde se tiene un sistema de salud con amplia cobertura y muy formal. Entonces la gente tiene donde consultar y puede, con cada evento, ir al médico, conseguir las recetas correspondientes. Pero nosotros tenemos todavía una gran dificultad para llegar a todos los distritos del país. Hay zonas muy vulnerabilizadas donde finalmente la gente se automedica o que recurre a un farmacéutico u otras maneras más informales”, explicó la parlamentaria.
Agregó que lo resuelto por el ministerio no es la única vía para luchar contra el uso desmedido de antibióticos. “Se debía comenzar primero a cambiar la cultura de los médicos. Es la lapicera del médico acá el que hay que combatir. Y esto se hace con equipos de control de calidad en los hospitales, porque es allí donde se usan masivamente los antibióticos. En las terapias intensivas, en las unidades de internación, en las recetas ambulatorias (consultorios). Hay que crear un equipo que se llame ‘uso de antibióticos’ y que creen normas internas. Por ejemplo, cuando hay una equis enfermedad, ver que antibióticos se deben ir usando progresivamente. Porque a veces para matar un mosquito, los doctores usamos la bomba atómica”, señaló Martínez.
Los médicos de hospitales ahora no rinden cuentas, ya que tienen una actividad bastante individual a la hora de recetar, reiteró.