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En la actualidad, el acervo reúne más de 2.500 piezas que se hallan expuestas en vitrinas distribuidas en cuatro salas climatizadas. En la primera, la más amplia, se pueden observar ejemplares de aves, esqueletos, vertebrados, huevos, reptiles, cuernos y astas, mamíferos, artrópodos y moluscos. El colorido plumaje de las aves regocijan a la vista, especialmente al detenerse frente a un pavo real. Son familiares los búhos, loritos, pato bragado y tuyuyú cuartelero, pues son los más conocidos en el conjunto de pájaros.
En el mismo espacio hay también nutrias de agua, puerco espín, venados, leopardos, pumas, tigres, monos y oso hormiguero, que fueron taxidermizados.
Curiosidades de la naturaleza y animales poco conocidos llaman la atención en las vitrinas que contienen los datos científicos de cada ejemplar. Un ternerito de dos cabezas es la pieza más observada y comentada por los visitantes. Impactan los fetos e intimidan la ferocidad de los colmillos de yaguaretés.
La segunda sala contiene muestras de peces y reptiles. En frascos con líquidos conservantes se pueden apreciar distintas especies que existen en los ríos y arroyos del país: pacú, surubí, mandi’í, pico de pato, dorado, boga y piraña. Grandes ejemplares de manguruyú y yacarés permiten ver de cerca los detalles de sus complejas formaciones corporales.
La tercera sala está destinada a xiloteca. Aquí están las variedades de árboles maderables del Paraguay. Resaltan aquellas que la gente conoce como el yvyra pytã, cedro, trébol, lapacho, urundey, palo santo, peterevy, paraíso y otros.
El cuarto espacio contiene cuatro vitrinas en las que se exponen las colecciones de billetes y monedas nacionales y extranjeras, así como fósiles, rocas y minerales.
La profesora María Inés Riveros de Cuenca, la guía y anfitriona, indica que el museo es didáctico, ya que los estudiantes aquí tienen un rincón donde analizar e investigar ejemplares de plantas y animales del Paraguay. Y por sobre todo, cuentan con la posibilidad de entrar en contacto con especies extintas o en vías de extinción, es decir, con diversos componentes de la naturaleza.
En marzo de 1920 recibió a alumnos
El Museo de Historia Natural del Colegio Internacional se ubica en el edificio Frances Allen, en las calles Padre Saubatte y Río de Janeiro. Permanece abierto de 07:30 a 15:00.
Los interesados en visitar el espacio deben llamar al teléfono (021) 200 675 o enviar un e-mail a museo@inter.edu.py.
La institución educativa fue fundada por el reverendo Clement Manly Morton (norteamericano), representante en Asunción de la Misión de la Iglesia de los Discípulos.
Ideal para estudio de naturaleza
Las recolecciones expuestas fueron hechas en su mayoría por los pioneros del museo. Sin embargo, el acervo se sigue acrecentando con las donaciones de padres, ex-
alumnos y alumnos del colegio. Piedras, rocas, maderas, caracoles o ejemplares de animales son traídos por los estudiantes como aporte para incorporar nuevas piezas a las series.
Investigadores y estudiantes de diversas instituciones concurren al Museo del Inter para realizar trabajos de observaciones científicas.
yubi@abc.com.py
Fotos: ABC/Andrés Cristaldo