Receso de invierno para descansar, ir a consultas médicas y divertirse

A pesar del frío del último fin de semana, en los centros comerciales, los cines, las plazas, las ferias al aire libre como Puerto Abierto, las terminales de ómnibus y en la Expo de Mariano Roque Alonso ya se pudo notar que los niños están de pleno receso.

“En las vacaciones de invierno, lo que hago es aprovechar para llevar a mis hijos al médico, porque en otro momento no puedo. Y también me dedico a mi segundo trabajo, que es el de empleada doméstica en mi casa”, dice María Teresa Alcaraz, docente de cuarto grado de la escuela República Argentina, de Asunción.

Muchas son las familias que aprovechan estas dos semanas para ponerse al día en la vacunación de los hijos, la cedulación y los chequeos médicos. Por eso mismo, muchos servicios médicos se encuentran rebasados, sobretodo teniendo en cuenta que hay personal de salud que también aprovecha el receso escolar invernal para tomarse vacaciones. Esto, sumado a los muchos cuadros de enfermedades respiratorias, hace que las horas de espera sean largas antes de ver a un médico.

Jugar y divertirse

Lo que más quieren los niños y adolescentes es aprovechar estos días para dormir hasta tarde, jugar y divertirse. “Yo lo único que quiero es poder dormir hasta tarde y jugar con mi primo, que va a venir con mi tía de Ciudad del Este”, cuenta Noemí Gueyraud (11), alumna de sexto grado. Sus compañeros varones gritan al unísono que ellos van a jugar “play” (Play Station, una consola de juegos electrónicos que junto con Wii y Xbox son las más populares).

¿Y no van a salir a la calle, a andar en bicicleta, a jugar con la pelota? “Mi mamá no me deja, dice que es muy peligroso”, contesta Blas Ferreira (10), que vive en el centro de Asunción. De todas maneras, asegura, le gusta más jugar “jueguitos” en la computadora que jugar al airea libre.

Si bien hay una amplia oferta de actividades para niños, como cine y teatro, estas salidas cuestan como mínimo unos G. 100.000 para una familia con dos hijos.

No interrumpir el aprendizaje

Desde el Ministerio de Educación, un comunicado insta a la comunidad educativa a no considerar este tiempo como un cierre a las actividades educativas.

“El MEC recomienda tanto a niños y niñas, como a docentes y padres, aprovechar el tiempo para retroalimentar las áreas más vulnerables, completar cuadernos y tareas, sin dejar de considerarlo como un tiempo para el encuentro y disfrute de la convivencia familiar”, dice.

La propuesta del MEC era aprovechar los días de la última semana de clases, antes del receso, para dar tareas y evitar la sobrecarga de entrega de tareas en el último día. Sin embargo, los dos últimos días de clases, y especialmente el viernes 6, se registró un alto ausentismo de alumnos, debido a las bajas temperaturas y a la lluvia torrencial que cayó a la hora de entrada del turno mañana –horario en el que ingresa la mayor cantidad de alumnos–.

Esto significa que muchos alumnos deberán recurrir a los pocos niños y jóvenes que asistieron a clases para poder tener acceso a las tareas que se distribuyeron el último día de clases.

El MEC también pidió a los padres y madres de familia, que presten atención a las actividades que llevan sus hijos e hijas y que los acompañen diariamente en el desarrollo de las mismas; ya que las vacaciones de invierno no deberían significar la interrupción del proceso de desarrollo de capacidades.

Tareas relegadas

Aunque los alumnos consultados por ABC dicen en tono de queja que llevan muchas tareas de vacaciones, hay docentes que no creen que esto sea conveniente. “Yo creo que las vacaciones son más para estar en familia. Además, con el tiempo me di cuenta de que cuanto más tareas se dan, menos trabajan los chicos. Es más, vienen el lunes antes de la entrada a tratar de completar la tarea”, señala Gloria Almada, profesora de sexto grado de la escuela Rca. Argentina.