Su recuperación en la perestroika

La persecución religiosa en la Unión Soviética tomó formas diferentes en períodos diferentes; casi todos los teólogos y demás líderes de la Iglesia Ortodoxa Rusa fueron exiliados durante la década de 1920 o ejecutados en la década de 1930. Para dar una idea de la tragedia sufrida por la Iglesia, basta mencionar que, entre 1917 y 1937, fueron detenidos 136.000 clérigos, de los cuales 95.000 fueron asesinados.

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Célebres personalidades de la cultura y los mejores teólogos de Rusia murieron en las cámaras de tortura o en los campos de concentración, como el padre Pavel Florensky, filósofo y teólogo, o bien huyeron del país, como Semyon Frank, Nicolai Berdiaev, Nicolai Lossky, Vladimir Lossky, el protomonje Sergei Bulgakov y muchos otros.

Las autoridades de la Unión Soviética cambiaron su relación con la Iglesia solo cuando la existencia del país estuvo bajo amenaza durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial (llamada en Rusia la Gran Guerra Patria) de los años 1941-45. En efecto, la invasión alemana del 22 de junio de 1941 hizo que el gobierno soviético “olvidara” por un tiempo el obligado ateísmo del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Stalin autorizó a los obispos y sacerdotes a bendecir en ceremonias públicas las banderas de los regimientos que partían al frente. Los templos que todavía existían fueron reabiertos. Muchos obispos y sacerdotes fueron liberados de las cárceles, la Iglesia colaboró con el gobierno soviético haciendo colectas de dinero para la fabricación de armas, tanques, cañones, etcétera. Toda esta situación duró hasta la muerte de Stalin, ya que sus sucesores Nikita Jrushchov y Leonid Breznev comenzaron nuevamente a intensificar la persecución.

A principios de la década de los 1960 las autoridades endurecieron de nuevo la política contra la Iglesia, el número de iglesias siguió disminuyendo (de 7.523 en 1966 a 6.794 en 1986).

La recuperación de la actividad de la Iglesia Ortodoxa Rusa comenzó nuevamente en 1987 cuando empezó la época de la perestroika y se derrumbó el régimen totalitario. Así, el 29 de abril de 1988 hubo una reunión de metropolitas con Mijaíl Gorbachov, en el Kremlin, para celebrar a inicios de junio de ese año el milenario de la conversión de Rusia.

En diciembre de 2008 el número de diócesis se elevó a 157, incluyendo 203 obispos y 30.670 clérigos.

Ahora la ortodoxia une a personas de diferente educación y formación, a representantes de varias culturas y nacionalidades, a seguidores de distintas ideologías y doctrinas políticas La historia de la fe ha sobrevivido en las situaciones históricas más complicadas.

La Iglesia Ortodoxa Rusa pertenece a la gran familia universal de las Iglesias Ortodoxas locales, las que en su conjunto forman ‘Una Iglesia, santa, católica y apostólica’, tal como la define el Credo establecido en el Primer Concilio Ecuménico de Nicea (convocado en el año 325 por el emperador San Constantino el Magno) y en el Segundo Concilio Ecuménico de Constantinopla (convocado en el año 381 por el emperador de origen español Teodosio el Grande).

Las Iglesias Ortodoxas son católicas (de las palabras griegas cat y olon, lo que significa “según todos”, “de acuerdo con todos”) no solo porque son universales, sino también porque poseen la “totalidad de la fe”, de todos los tiempos y en todos los lugares. Asimismo, apostólicas, porque fueron fundadas por los Santos Apóstoles y conservan de manera no interrumpida la sucesión apostólica.

Fuente: Iglesia Ortodoxa de San Petersburgo.

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