“Tocamos fondo”, dicen jóvenes que dejaron las drogas y se rehabilitan

Unos terminaron en la cárcel, otros abandonaron sus estudios y trabajo, y algunos inclusive estuvieron al borde de la muerte. En el Centro Nacional de Control de Adicciones se encuentran varias historias de gente que ha llegado al límite, y que hoy busca recuperarse. El crack sigue siendo la droga que más consumen los que llegan a este punto, muchas veces, sin retorno.

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A pesar de que es una expresión muy común, grafica lo que tuvieron que pasar muchos de ellos antes de buscar rehabilitación: “Toqué fondo”, repite cada uno de varios jóvenes internados, aún con las visibles consecuencias que les dejaron años de consumo de drogas.

Dos de ellos accedieron voluntariamente a contar sus vivencias, en atención al Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, con la intención de ayudar de alguna manera a otros, según aseguran. Ese día fue instituido por las Naciones Unidas, y se recuerda cada 26 de junio.

El deseo de cambiar

Uno de esos jóvenes es Cristhian Maldonado (28), quien llegó hasta el centro por sí mismo, luego de darse cuenta de que “quería cambiar”. Esta es la octava vez que ingresa al programa de rehabilitación de un mes que ofrece la institución. Todas las veces anteriores también llegó por voluntad propia, pero, según él, esta será la última vez.

Ahora lleva apenas una semana en el centro, y aún siente la lucha consigo mismo y la urgencia de consumir. “No podés dejar de pensar en los vicios”, dijo el joven, quien cuenta también que la droga que lo llevó “al fondo” fue el crack. Empezó a drogarse a los 16 años, primero con los productos lícitos (como el cigarrillo y el alcohol), pero luego marihuana, pastillas, cocaína y finalmente al crack.

En su caso, la adicción a las drogas lo llevó a dejar el colegio, un año antes de terminar la Educación Media. En un momento de su vida, entre tantas idas y venidas con los estupefacientes, consiguió un trabajo. Sin embargo, como la adicción carcome todos los aspectos de la vida de uno, nunca lograba cumplir con las actividades cotidianas que tiene cualquier persona.

Llegó a robar para poder comprar crack, de lo cual está arrepentido, manifestó. “El vicio que tengo es fuerte, ojalá pueda salir”, reconoció Cristhian. Al ser consultado sobre qué lo motivó a buscar ayuda, rápidamente respondió: “mi familia”.

Hasta la cárcel

Junior Ramírez (21) es otro de los pacientes del Centro Nacional de Control de Adicciones. A él las drogas lo llevaron a pasar ocho meses recluido, siendo aún menor de edad. Todo empezó cuando tenía apenas 13 años, en la zona de Cuatro Mojones, donde pedía monedas en los semáforos y en algún momento limpió parabrisas. También inició el consumo con lo que se conoce como drogas lícitas, para luego buscar efectos más fuertes y llegar hasta el crack.

A los 17 años fueron con unos amigos en busca de “moñitos” a un barrio bajo en la ciudad de Limpio. En ese momento ya había dejado la escuela, donde cursó hasta el 9º grado, y trabajaba ocasionalmente como ayudante de albañil. Compraron la droga para el consumo de los tres y la colocaron en una mochila, que él cargaba. Una patrullera los vio y los siguió, pero detuvieron solo a Junior, contó. De ahí fue al Centro Educativo de Itauguá y ni bien cumplió la mayoría de edad, fue trasladado a Emboscada.

“Nunca pensé que iba a pisar la cárcel, ahí vi cosas que jamás pensé ver”, dijo. Como parte de las medidas que le impusieron por este caso, figuraba la rehabilitación en el Centro de Adicciones, y fue así como llegó allí. “Tengo la voluntad de dejar”, aseguró Junior.

Dónde recurrir

El Centro Nacional de Control de Adicciones depende del Ministerio de Salud. Allí se hacen internaciones de 20 a 30 días para adictos a las drogas. Se reciben adolescentes desde los 15 años, hasta adultos de 40 años, informó el director Manuel Fresco.

Los tratamientos son gratuitos, al igual que las consultas posteriores a la internación.

Cuando no hay insumos, los pacientes o sus familias deben conseguir los medicamentos. Está ubicado en Avda. Venezuela Nº 1140 c/ Concordia. El teléfono es 021 298-352.

claudia.merlos@abc.com.py

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