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No hace falta que cada municipio tenga su propia planta de tratamiento de efluentes cloacales. Se puede proyectar contar con una compartida por varias comunidades de la cuenca del lago, indicó la ministra Morales, en un encuentro con la prensa, el viernes último, en el local del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Uno de los principales canales de acceso de la contaminación al lago Ypacaraí es el arroyo San Lorenzo, que arrastra todas las impurezas hasta el arroyo Yuquyry, que luego desemboca en el lago.
El arroyo San Lorenzo sirve de aliviadero del matadero municipal y, principalmente, de los efluentes cloacales de las viviendas conectadas a la red de alcantarillado de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap).
La ciudad de San Lorenzo cuenta con el servicio de alcantarillado, pero la planta de tratamiento de Essap, que está en el barrio Santa María, queda sobrepasada en su capacidad: fue construida para tratar efluentes de 6.000 usuarios, pero ahora están conectadas 20.000 personas.
Todo el excedente de efluentes cloacales pasan directamente, sin tratamiento, de la pequeña planta al arroyo San Lorenzo, y de allí hasta el lago Ypacaraí.
Solución: red cloacal
La ministra del Ambiente y la directora general de recursos hídricos de la Secretaría del Ambiente (Seam), licenciada Sofía Vera, estuvieron recientemente en México participando de la clausura del Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua. Se reunieron con expertos en restauración de lagos eutrofizados y con cianobacterias, como el nuestro.
Todos coincidieron en que lo primero es lograr construir las redes de alcantarillado sanitario.
El Ing. Joram Gil, de la Cátedra Unesco para la sostenibilidad de los recursos hídricos de Guatemala, y el Dr. Alejandro Alva, de la Asociación Mesoamericana de Ecotoxicología y Química Ambiental, coincidieron en que es posible recuperar el lago eliminando la carga de nutrientes que sirven de energía para las cianobacterias, como el fósforo y el nitrógeno. Y para ello, se deben evitar las descargas de aguas cloacales. También se debe evitar el arrastre de sedimentos, principalmente de zonas agrícolas que usan abonos artificiales con fosfatos.
Actualmente, el lago está contaminado y sus aguas no pueden usarse ni para consumo ni para balneario.