Veterano resalta bravura del soldado

Francisco Morán (101), uno de los dos últimos excombatientes de la Guerra del Chaco que viven en Juan León Mallorquín. Recuerda que cuando tenía 19 años fue destinado a defender a la patria en el Chaco, durante los tres años de guerra contra Bolivia (1932-1935). Su salud es buena y aún vive con su esposa al cuidado de una hija.

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JUAN LEÓN MALLORQUÍN (Sara Fleitas, corresponsal).A pesar de su avanzada edad, goza de muy buena salud, pero sufre algunas dificultades en la vista y el oído. Don Francisco, “Karai Chico” como le llama cariñosamente su esposa, aún mantiene vivos en la memoria los momentos más difíciles que tuvo que sobrellevar en suelo chaqueño, en defensa de la soberanía paraguaya.

El héroe del Chaco nació un 16 de junio del año 1913, en la ciudad de Itá. Dijo que cuando tenía 19 años se decretó la obligatoriedad de ir a la guerra y no tuvo otra opción que acudir al llamado a la defensa de la patria.

Comentó que en Parapití fue lastimado y que tuvo que ser trasladado hasta la Sanidad para su tratamiento. Una vez recuperado, tuvo que retornar a la guerra. Recuerda que nunca fue herido de muerte.

Relató que los bolivianos estuvieron mejor armados, eran muchos más numerosos, contaban con aviones, tanques de guerra y explosivos, por lo que tenían más posibilidad de ganar la guerra. Pero jamás se imaginaron que Paraguay triunfaría con lo poco que tenía de armamento como, granadas y algunos fusiles.

El excombatiente relató que el Paraguay tenía un arma que los bolivianos no poseían: el “idioma guaraní”, ya que hubo órdenes de los jefes de comunicarse netamente en guaraní, lo que sirvió muchísimo al paraguayo para despistar al enemigo.

Comentó que pasó días de hambre y sed por la dificultad que significaba trasladar los alimentos, principalmente la carne, ya que con el calor se descomponía fácilmente.

“El agua era muy escasa, y si la teníamos era totalmente salada. El agua se traía en camiones y se distribuida en caramayolas y apenas alcanzaba un cuarto de litro a cada soldado. Recuerdo que juntábamos lo que orinábamos durante el día para tomarlo a la noche”, contó.

Al terminar la guerra, don Francisco tuvo que retornar a su tierra natal. Comenta que retornaron en barco y que se concentraron por algunos días en un lugar cerca del río Paraguay (actual estadio de Defensores del Chaco).

El excombatiente resaltó la bravura, la valentía, el fervor y el patriotismo del soldado paraguayo, cualidades que aseguraron la victoria indiscutible para el Paraguay.

El veterano dijo que le resulta difícil acompañar a sus familiares para el cobro de sus beneficios hasta el banco, por lo que pidió a las autoridades que consideren la posibilidad de acercarles los haberes hasta su vivienda. También la exoneración del pago de ANDE y el servicio de agua potable.

Don Francisco vive en su domicilio, una modesta casa, en el barrio Santa Rosa de esta ciudad en compañía de su esposa Juana Figueredo, con quien contrajo matrimonio en el año 1953 y tuvo tres hijos, Ignacio (60), Librada (54) y Marcial, el último ya fallecido.

El veterano y su esposa están bajo el cuidado y la protección de Librada, quien tiene su casa en el predio de la casa de sus padres.

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