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Pero esta no es la única estupidez de los bolivarianos, también se reunieron en La Habana a hablar de desarrollo, en la capital de uno de los países más subdesarrollados y con mayores problemas económicos del hemisferio, gracias a su sistema de inspiración comunista de 1920, ineficaz, improductivo, atrasado y absurdamente ridículo a estas alturas de la historia, tal como lo reconocieron los propios hermanos Castro.
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Para mayor paradoja, la reunión de antiyanquis latinoamericanos se hizo en Cuba bajo el lema “Unidos en la pluralidad”, que justamente es la divisa de la enseña estadounidense: “Et pluribus unum”. ¡Es que los bolivarianos no saben nada de latín porque es una lengua imperialista! O sea, del Imperio Romano.
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Cuentan que el laboratorio del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) es un desastre. Para algunas empresas “amigas” los controles y exámenes se realizan como por un tubo, pero para otras es un suplicio. Además, la gente llama al director, Regis Mereles, y casi nunca lo encuentran en la oficina, según la queja realizada por los usuarios.
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Llamó una lectora a sugerir que en las calles transitadas de Asunción se pongan cartelitos que digan “Se prohíbe dar limosna” para tratar de erradicar la mendicidad y para no fomentar la holgazanería. Dijo estar harta de los cuidacoches, limpiavidrios y afines que existen en cada esquina.
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Otro lector llamó a nuestra redacción a decir que no sería nada extraño que nuestras autoridades redenominen el Hospital Neurosiquiátrico con el nombre de “Nicolás Maduro” y la Avda. Venezuela, antigua calle Luna, donde se encuentra el nosocomio, pase a llamarse “El Pajarico”. Así se cumpliría con las reglas de cordialidad con los nuevos amigos del Mercosur.
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Una compatriota, visitante frecuente de Montevideo por cuestiones familiares, nos contó de la gran indignación de la colectividad paraguaya por el abandono del palacete de estilo francés que servía de asiento a la Embajada.
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El Estado paraguayo al parecer destinó una buena cantidad de dinero para su restauración, pero lo que hizo la empresa contratada para el efecto fue destruir todos los vitrales, los detalles de mármol y las aberturas ornamentadas. Gran parte del dinero desapareció como si por la legación diplomática hubiera pasado una señora madre de todas las Tormenta$. ¿¿¿Será???
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Pedro Díaz Verón, Pipo para los íntimos, es intendente de Caazapá y estuvo de minivacaciones por Asunción con la camioneta de la muni. La escondía, pero igual se lo vio visitando a su hermano el fiscal general y por otros lares.