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En el 2010 Bogadete –ex ordenanza de los tiempos de Manito Duarte– ya fue salvado por sus compinches de un fatazo en Conatel, donde fungía de mandamás. Al contrario, lo premiaron como presidente de Diputados. Es una muestra de que en este país los más grandes ladrones son tratados como grandes señores. Ellos usan tranquilamente instituciones como el Parlamento para blindar sus fechorías.
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La decisión del Senado produjo una extraordinaria reacción de repudio en la ciudadanía a través de las redes sociales. Muchos prometieron asistir a manifestaciones públicas de rechazo. ¡Cuidado, “honorables” parlamentarios! Así comenzó la Primavera Árabe en 2011 que cambió el rumbo político y social de varios países del norte de África y del Medio Oriente. El hartazgo contra las arbitrariedades impulsó a la gente a salir a derrumbar las instituciones completamente carcomidas por la podredumbre.
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Sorprendió en la plenaria del Senado la posición a favor de Bogadete de los representantes de Unace, Bóbeda y Oviedo Matto, seguidos más atrás por Mirtha Gusinky, otrora perseguidos por la pandilla del 99. Cuántos apaleamientos, encarcelamientos, exilios, sufrieron por años sus seguidores por el solo hecho de manifestarse contra los abusos sin castigo de estos que hoy son protegidos por sus votos. ¿Qué los impulsa a someterse a sus exvictimarios? ¿Es el “síndrome de Estocolmo”?, se preguntó una lectora ayer.
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Mientras tanto, el “ladrón de galletas” anuncia una cuchipanda de órdago con motivo de su cumpleaños. Dijo que hasta el “Tendotá”, el embajador, colaborará esta vez con carne de su nueva estancia en el Chaco. Promete dar de comer a 10.000 hambrientos. “Cualquiera es un señor...”. ¿Se perdió el nuevo rumbo?
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En la Clínica 12 de Junio anuncian una manifestación contra la directora Mirian Fariña “por sus maltratos”. Dicen que se pelea a los gritos y que tiene dos secretarias –una de ellas su cuñada– que tensionan y contaminan el ambiente de camaradería que debe reinar en el lugar de trabajo. ¿Será?
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Comentan que un tal Fernández E., administrativo de la sindicatura de IPS, figura con un sueldazo de más de seis palos, sin contar con título alguno. Aparte, se le atribuyen viáticos semanales con los que hace una vaquita de unos nueve palos por mes. Los profesionales con título rondan los cinco palenques. Un médico ni llega a eso. Dicen que fue Fernandito el que lo puso ahí.