“No subestimar insurgencia”

Vencer el miedo, “actuar, actuar y actuar en muchos frentes” es una experiencia que le sirvió a la exsecuestrada y actual congresista Clara Rojas para enfrentar la barbarie de su propio secuestro durante seis largos años. El flagelo se instaló en Colombia por errores cometidos, dicen especialistas: haber menospreciado a grupos insurgentes y al peso que le daba la droga, asegura un exministro.

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Después de haber pasado 6 años en las selvas colombianas sometida a máximos rigores para cualquier ser humano, Clara Rojas (que cumplirá en diciembre próximo 50 años) enfrenta una nueva faceta en su vida: la de congresista. El terror de 2.190 días no la frenó de todas maneras para trabajar inclusive para la Fundación País Libre, de asistencia a las víctimas y sus familias. Pero sintió que había más por hacer y el domingo 20 de julio pasado asumió como nueva parlamentaria.

En Paraguay lo estamos viendo: tras cada secuestro, algunas víctimas y sus familias escogen el camino del silencio por miedo. Otras hablan, piden justicia, interactúan. ¿Cuál es la conducta que salva a un ser humano con una vida quebrada por el secuestro? ¿Alguna recomendación?. “No es mi fuerte... cada situación es particular y concreta. Simplemente les comento algunas cosas de mi experiencia de vida, por si en algo les puede servir de referencia, pero con la previsión que cada persona es la que resuelve cómo afrontar su situación particular y concreta. Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay que actuar, actuar, y actuar en muchos frentes y de manera simultánea.

“Lo primero es afrontar el tema emocional, sacarse las cadenas mentales que lo atan al pasado tortuoso, ese, desde mi punto de vista, es el mayor logro. Vencer el miedo y hacer el esfuerzo de volver a reiniciar sus vidas como si nada. Este es un proceso y depende de cada uno, de la velocidad que le imprima”.

“ El apoyo familiar y social son fundamentales. Los lazos de afecto y amistad son vitales”. Y cuando lo dice nadie mejor que ella cuya madre fue el eje de su propia lucha, además del niño nacido en su cautiverio, Enmanuel.

“Lo otro es ocuparse en una actividad que los llene, mantener el sentido del propósito en la vida. El secuestro, sin duda, cambió mi vida, pero yo sigo siendo, en esencia, la misma”, finaliza.

Foto: Gentileza entrevistada

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