Acompañar en la educación

Semanas atrás se produjo la toma de colegios por parte de estudiantes, mientras que días antes los maestros obtuvieron 12% de aumento después de efectuar sus acostumbrados reclamos. Las dos situaciones plantean el difícil momento que pasa la educación en nuestro país.

Cargando...

Los estudiantes, entre otras cosas, pidieron libros y materiales didácticos, lo que apoyamos plenamente, así como todos estamos de acuerdo en que los profesores deben ganar más. Para ofrecer una mejor calidad en la enseñanza, deben recibir un salario digno. Hay jóvenes de familias muy humildes que vienen del interior del país para seguir la carrera docente. Pagan alquiler, alimentos, pasajes y fotocopias. Los que estudian en universidades privadas abonan cuotas mensuales, por lo que les resultan una carrera costosa y sacrificada. Es lógico que deseen terminar sus estudios lo más pronto posible para comenzar a trabajar. Además, la universidad solo brinda una base, al concluir los estudios hay que seguir con la capacitación y la actualización para desempeñarse con eficiencia en la profesión.

Los alumnos que tomaron los colegios recibieron respuestas favorables, a medias, de parte de las autoridades. Por el momento volvió la calma, pero esto es en apariencia, ya que no se solucionan los problemas de fondo, que son muchos y complejos. En cualquier momento vuelven los reclamos.

Los padres y las madres deben apoyar el anhelo de mejorar la educación en todos los aspectos. Obviamente, esto ayudará bastante a tener el día de mañana mejores personas y buenos profesionales. Mientras tanto, se puede acompañar desde la casa, incentivando a los niños a leer y realizar a tiempo sus deberes. Es bueno recuperar el antiguo hábito de sentarse con los pequeños para relatar cuentos y animarlos a escribir. Con esto se mejora notablemente la redacción, la sintaxis y la ortografía: algo que se ha perdido por culpa de los celulares y la tecnología.

Ni qué decir de la transmisión de los valores éticos, cristianos y morales. El amor, el respeto, la responsabilidad y la tolerancia se enseñan en el hogar. Los maestros no siempre disponen del tiempo suficiente para enseñar cómo conducirse en la vida, ni dar fórmulas para ser buenos hijos y respetables ciudadanos. Esta formación humana, tiene que iniciarse en el seno familiar. Además, la contención emocional y el acompañamiento sicológico y espiritual, es tarea de los progenitores. Fomentar el amor, la confianza y la autoestima, corresponde a los padres.

Vivimos en una sociedad materialista y consumista. Se pierden los buenos hábitos y el respeto a los mayores. Es necesario que reflexionemos seriamente sobre el papel de los padres en este momento. Que hablemos sin temor del tema. Todos queremos un país mejor; entonces veamos la manera en que cada uno puede aportar desde su lugar en ese sentido. Recuperemos la costumbre saludable de hablar amorosamente con los hijos. Coloquemos antenas especiales en sus cabecitas para que capten la realidad de su entorno y no permitir que se evadan en superficialidades y cosas vanas. En poco tiempo, tendremos elecciones generales y es una excelente oportunidad de enseñarles a pensar y votar, en el futuro. Es una ocasión para fomentar el juicio crítico y las discusiones. De analizar y reflexionar seriamente. Pensemos que en la casa se plantan las semillitas de esperanza. Allí nacen los ideales, el entusiasmo y la energía para realizar grandes cosas. Es la primera escuela para líderes, pensadores, artistas y otros trabajadores. Los padres no deben olvidar este gran compromiso, y por eso deben acompañar en la educación.

blila.gayoso@hotmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...