Algo más que cambios en la Corte

Las negociaciones para remover algunos miembros de la Corte Suprema de Justicia se están volviendo mucho más complejas de lo previsto. Sus efectos irían más allá de lo institucional. Golpearían y tendrían consecuencias duraderas también en el espectro político.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/3RSKRNGOUZDQ3OOBBGCBAL6ONI.jpg

Cargando...

Esta semana las negociaciones entraron en la matriz interna de los dos principales partidos políticos, llevando las decisiones a las necesidades grupales. Efraín Alegre, quien andaba desaparecido de la vida política desde la derrota en las presidenciales de 2013, reapareció para buscar articular acuerdos a fin de frenar los cambios en la Corte. A mitad de semana se reunió con los diputados liberales para emitir un comunicado sentando su oposición al enjuiciamiento aún cuando la última convención del PLRA pidió expresamente destituir a los miembros de la máxima instancia judicial.

La decisión tiene un componente interno y uno externo. Al interior del PLRA es para tratar de restar fuerza a Blas Llano, el principal dirigente liberal y adversario directo. Desarmar su acuerdo para remover a los miembros de la Corte le restaría fuerza. En contrapartida, daría una posición ventajosa a Alegre junto con el grupo de diputados aliados. Los sentaría a la mesa de negociaciones. En el frente externo, lograr frenar el juicio político sería restar fuerza al Poder Ejecutivo, mostrando que es posible hacerle frente. Y, lo más importante, desnudaría una debilidad política del Presidente de la República cuando apenas se cumplió el primer año de mandato.

En el sector colorado se juega la misma interna con la diferencia de que son partido de gobierno. Los intereses inmediatos son mayores.

Los disidentes encabezados por el senador Julio Velázquez, en su mayoría representantes de la vieja política, buscan desde hace tiempo estructurar un bloque para hacer frente al Ejecutivo y presionarlo para ceder espacios, cargos y beneficios. Hasta ahora es poco lo que lograron, pero los incentivos que se despliegan en las últimas negociaciones parecen ser el catalizador para unirlos. De golpe toda la bancada C de la ANR en la Cámara de Diputados se volvió contestataria. Mientras que la bancada del dirigente de Alto Paraná Javier Zacarías todavía discute si mantiene su respaldo a un Gobierno que hasta ahora parece no prestarle demasiada atención. Ese enojo se reflejó en el voto dividido que se generó en la última reunión del bloque.

A finales de semana el debate del juicio político se condimentó con la confirmación en el Congreso de las conexiones de políticos con el narcotráfico y cómo esto tuvo implicancia también en las esferas judiciales. Los parlamentarios denunciados son los mismos que también operan para frenar los cambios en la máxima instancia judicial. Casualidad o no, es un dato que no deja de llamar la atención.

Más allá de las trabas al Poder Ejecutivo, las negociaciones para remover a los cuatro miembros de la máxima instancia judicial se analizan desde la visión partidaria. Tangencialmente los actores políticos tienen una mirada institucional que apunte realmente a mejorar la calidad del Poder Judicial.

En el Partido Colorado y en el PLRA existen sectores que esconden sus necesidades políticas asegurando que los cambios darán un control absoluto al Presidente de la República, cuando realmente la preocupación es que los adversarios internos consoliden e incluso amplíen sus espacios de poder.

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...