Bachemanía

“¿Dónde están los baches?” es la pregunta que hizo el intendente Arnaldo Samaniego el pasado fin de semana cuando iba a votar en las internas de la ANR y para las municipales –aunque el voto es secreto suponemos que con seguridad se votó a sí mismo–.

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La frase despertó una verdadera “bachemanía” toda esta semana y la gente empezó a mostrar dónde se hallaba la más variada gama de pozos, cráteres, huecos, de todos los colores y tamaños, dimensiones y profundidades, que pueblan las calles de Asunción y acrecientan el progreso de los talleres mecánicos.

Para no ir lejos, el intendente podría haberse asomado a las ventanas de la Municipalidad de la Capital para ver el rosario de baches y grietas que tiene sobre la Avda. Mariscal López.

La fiebre bachera pone a consideración de la población asuncena –ahora extendida al Área Metropolitana y a varias partes del país– una verdadera colección como para clasificar y tipificar esta verdadera plaga que carcome los pavimentos de la Capital Verde.

Pero a los baches reales de las calles se suman también los “baches mentales” que al parecer afectan a las autoridades municipales, incluyendo al jefe comunal, los concejales y el defensor vecinal de Asunción, que se olvidan del problema o al parecer no demuestran tanto interés en una solución definitiva.

Ya nadie reclama a Arnaldo que durante su campaña electoral, en una caravana republicana había prometido ¡cerrar los baches de la ciudad en 48 horas! (Ver ABC del 1 de noviembre de 2010, Pág. 9). En esa ocasión dijo que para ello iba a comprar una “moderna máquina bacheadora”, mientras los vehículos pasaban por una calle destrozada sobre la cual se habían formado verdaderas lagunas. Ni bien asumió, el intendente ya manifestó que no dijo lo que dijo.

Esta semana ABC Color habilitó la sección “Acá hay un bache” para que los ciudadanos puedan reportar la existencia de los cráteres que iban apareciendo como hongos sobre el mapa de Asunción y luego en ciudades vecinas.

La bachemanía también se extendió en forma de memes que aludían al grave problema que afecta a nuestras calles en las redes sociales. Una vez más el intendente prometió solucionar y realizar bacheos masivos con la ayuda de la Essap, que a la par reparará sus cañerías rotas.

Pero quizás en todo esto, el peor bache sea el que tiene en la cabeza el elector, que cuando va a depositar su voto siempre se olvida de los cráteres y vuelve a soñar ilusamente que sus autoridades resolverán el problema durante los cinco años de gobierno. Por ahora, seguimos acogotados por los cráteres y ganados por el drama bacheril que se extendió por todo el país.

Como decía Manuel Vicent, “el lírico aleteo de una mariposa en una pradera de Australia puede provocar un devastador huracán sobre el Estado de Florida”. Ojalá el efecto mariposa pueda acabar con los baches en alguna parte del país.

pgomez@abc.com.py

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