Becas CAL III: reformas en Medicina UNA

La facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, de tradición de excelencia profesional y en menor grado científica, ha iniciado un progresivo deterioro académico en los últimos 30 años. Esto afecta al país, que necesita de médicos bien formados profesional y científicamente. La profesión y la ciencia están conceptualmente cada vez más cerca.

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El esotérico lenguaje de la práctica médica es el inventado durante el proceso del descubrimiento científico. El razonamiento médico se basa en la comprensión de los algoritmos causales identificados mediante la ciencia en los complejos sistemas biológicos. Las predicciones médicas en el quehacer diario con los enfermos se realizan con complejos métodos estadísticos utilizados en la investigación. La profusión de la nueva información supera la legibilidad tradicional y solo puede analizarse su lenguaje mediante la bioinformática de precisión.

Profesión e investigación son casi la misma cosa, dura verdad para quienes su práctica es netamente empírica en el modelo tradicional. En la profesión y en la ciencia existe un gran déficit en nuestro país. Esto a pesar de un rico historial de la FCM originado cuando el gobierno de Eligio Ayala contrató por varios años a eximios profesores de Francia, Alemania e Italia. Estos docentes fueron los jefes de las principales cátedras de la FCM y su legado perdura. Esta precoz internacionalización fue visionaria, y no la tenemos ahora. Compartimos la estrecha visión nacionalista y atrasada con las universidades latinoamericanas, que no contratan a profesores extranjeros ni menos los ponen al frente de sus instituciones académicas, como es generalizado en el mundo occidental desde la era escolástica y muy actual en los países asiáticos.

Reclamando una urgente reforma, el propio estatuto de la UNA en su artículo 23 dice “Para ser rector de la Universidad Nacional de Asunción se requiere ser profesor titular en la misma, poseer la nacionalidad paraguaya natural y gozar de notoria honorabilidad”. Esta frase revela problemas mayores al excluir a los extranjeros del cargo, y al nacionalismo pacato le agrega la endogamia, al requerir que el candidato pertenezca además a la misma institución. Culmina el artículo con una barbaridad: la honorabilidad es única y no requiere ser notoria. Y aun así la ignoramos. No es necesaria la excelencia profesional ni científica para ser rector. Cualquiera de la casa puede ser rector. Ya lo sabemos.

La causa de la precariedad formativa de los médicos es el estado lamentable de las Facultades de Medicina y de los pocos hospitales donde se practica medicina. Hay más de 20 facultades de medicina (el país necesita solo de 3) de gran precariedad en su infraestructura y recursos humanos donde prácticamente no se investiga.

Los programas de posgrado existentes, es decir, las residencias médicas, también son precarios. Un médico para especializarse e ingresar al mercado de trabajo necesariamente debe salir al exterior. De lo contrario, debe permanecer en los hospitales públicos que no se caracterizan por el rigor selectivo de sus miembros, afectando la calidad de medicina que se ofrece a la mayoría de la población. La mala formación en sus facultades de origen hace difícil su aceptación en programas de excelencia.

Ante los hechos de la rebelión estudiantil se debe iniciar una profunda reforma de la FCM, mejorando el nivel de la formación profesional y científica. Aquello que discutíamos hace 20 años, de si habría que priorizar la profesión o la investigación, ya es historia. Sin investigación no habrá comprensión del complejo fenómeno biológico ni capacidad de seguimiento de los adelantos científicos. Tampoco podrá diferenciarse el trabajo médico de un simple empirismo curanderil.

Coincidiendo con las reformas que seguro se vienen, o así lo espero, es muy oportuna la aparición de las becas CAL, en que los médicos que hayan finalizado sus residencias (la primera etapa formativa de posgrado) en instituciones acreditadas, puedan acceder por méritos propios a los grandes hospitales de investigación del mundo. La oferta es para carreras de subespecialización de alta complejidad, fellowships, equiparables a másteres, o doctorados completos.

Estas actividades serán total o parcialmente financiadas por las becas CAL. Sobre todo cuando están asociadas con la excelencia investigativa de la universidad donde van a cursar sus estudios y el candidato asuma el compromiso con la formación profesional de excelencia, la investigación y el retorno al Paraguay.

Los médicos paraguayos que hayan realizado su formación en estos grandes centros deberán a su retorno ocupar altos cargos en relación con sus conocimientos en las Facultades de Medicina del país. Esperemos que las reformas en la FCM de la UNA puedan servir de modelo para facilitar la reinserción de los becarios al sistema académico nacional. Que establezcan sistemas de admisión meritocráticos y termine de una vez no solo la xenofobia para los extranjeros –valga el pleonasmo–, sino la fobia contra los propios nacionales cuando retornan bien formados del exterior.

* Premio Nacional de Ciencias (2002) y director del Instituto de Patología e Investigación.

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