Buscando la eterna juventud

En todos los tiempos el ser humano buscó la fórmula de la eterna juventud. Para ello no se cansó de recurrir a hierbas mágicas, alimentos milagrosos, ejercicios físicos, cápsulas rejuvenecedoras, cremas anti edad, yoga, meditación, antioxidantes, medicina naturista, cirugías estéticas y tantos recursos más, que sin dudas ayudan a tener salud y una mejor calidad de vida.

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Quizás, en parte, la longevidad sea una cuestión de genética, pero todas y todos tenemos la posibilidad de alargar los años, adquiriendo los conocimientos necesarios y llevándolos a la práctica en la vida cotidiana, sin recurrir a tantas cosas artificiales. Por ejemplo, los naturistas recomiendan los baños de sol para desintoxicarse, regular la presión arterial y la circulación sanguínea. Totalmente desnudo hay que tomar el sol, tapándose la cabeza y el cuerpo con una sábana blanca para impedir los efectos de los rayos ultravioletas. Sudando al máximo se eliminan las toxinas y la presión se normaliza. Otra manera de limpiar el cuerpo de los desechos acumulados en el organismo, especialmente en el intestino, es haciéndose el lavaje con bicarbonato de sodio cada tanto. Las mujeres debemos realizarnos lavajes vaginales para combatir las cándidas, hongos dañinos para el cuerpo. También aconsejan las caminatas y el consumo de cloruro de magnesio, para la limpieza.

Sin dudas, la alimentación es el factor más importante. Como decía Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina”. En esta materia es fundamental el consumo de vegetales, frutas, raíces y semillas, en estado natural, sin químicos, evitando las comidas elaboradas o fritas.

El doctor Carson Waden en su libro “Las enzimas mágicas” dice: “El secreto de parecer y sentirse siempre joven y saludable se encuentra dentro del propio cuerpo. La naturaleza ha colocado dentro de nuestro sistema un conjunto de sustancias especiales que tienen un poder mágico de curación perpetua. Se encuentran en cada célula, glándula, tejido y proceso de metabolismo del cuerpo. Nos ayudan a sentirnos bien y a recuperarnos de los esfuerzos cotidianos. Estas sustancias son las enzimas. Sus funciones son reconstituir los alimentos en nervios, músculos, huesos y glándulas. Facilita el almacenamiento de alimentos en el hígado y músculos. Elimina el bióxido de carbono del sistema respiratorio y facilita la limpieza de los pulmones. Ayudan a fijar el hierro en los glóbulos rojos”.

Tantas maravillas producen las enzimas en nuestro cuerpo, que la siguiente pregunta es: ¿dónde las encontramos? Y la respuesta no se hace esperar, están en las frutas, Las semillas y los vegetales crudos. Tampoco producimos vitaminas y minerales, que necesitamos consumir para mantener en óptimas condiciones la salud. Y la única forma de obtener estos nutrientes es a través de esos alimentos.

Limpiar y nutrir el cuerpo, he aquí el secreto de la juventud. Las frutas contienen antioxidantes que combaten los radicales libres e incluso el betacaroteno ayuda a prevenir el cáncer.

La uva, la mora y los arándanos contienen reverastrol, un poderoso antioxidante y, por lo tanto, rejuvenecedor.

Para tener una larga vida debemos cuidar la salud y evitar los alimentos acidificantes, así como el tabaco, el alcohol y los cuatro blancos: harina, arroz, azúcar y sal. Una vida sedentaria, el estrés y los malos hábitos alimenticios acortan nuestra estadía en el planeta. Que nuestra comida sea nuestra medicina y también busquemos la paz espiritual. Con serenidad, paciencia, disciplina y buen humor podemos vivir una vejez sin mayores dificultades, no dependiendo de los demás y tratando de ser útiles hasta el último día que el Supremo Hacedor tiene destinado para nosotros. Ojalá así sea.

blila.gayoso@hotmail.com

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