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Los González –con 12 años de distancia– nos pintan de cuerpo entero la realidad de la institución que debería estar controlando cómo se mueve el dinero en Paraguay. Y la realidad es que a los políticos nunca les interesó que hayan suficientes presupuesto e independencia; eso significaría control a quienes están robando a manos llenas.
Esos avivados que han sacado dinero del país para ir a comprar departamentos y cocheras al por mayor en el extranjero; que usan vestuarios de entre 3.000 o 5.000 dólares, que abren sociedades multimillonarias pagando fortunas en efectivo y se compran estancias de miles de hectáreas ganando modestos salarios públicos. Aquellos mecánicos o peones que figuran con fortunas que nunca pudieron haber acumulado. Funcionarios públicos que accedieron a cargos electivos donde se quedaron con dinero público, y aquellos otros nombrados que amasaron fortunas con coimas nacionales e internacionales, sobreprecios y licitaciones.
El dinero sucio proviene generalmente de actividades mucho más sucias. Proviene de crímenes como tráfico de personas, narcotráfico, crimen organizado, tráfico de armas, contrabando y un sinfín de actividades oscuras y violentas, una más ilícita que la otra. Proviene de coimas y del robo descarado de funcionarios públicos que pululan en todos los niveles de recaudación y administración de dinero.
Esta semana Paraguay fue, por primera vez en su historia, sede del Foro Parlamentario de Seguridad e Inteligencia liderado por EE.UU. Y no se sabe si fue el Foro el que trajo al Paraguay al secretario adjunto del Tesoro de los Estados Unidos o fue el secretario adjunto el que trajo el Foro.
Trump envió a su administrador número dos al Paraguay. El mensaje de la visita en sí es revelador, pero los mensajes hablados lo fueron más: ya no bastan los enunciados, los discursos y los proyectos. Se medirá si Paraguay produce RESULTADOS en la lucha contra el lavado de dinero. Y entre los resultados medirán las condenas y las incautaciones de bienes de delincuentes.
En primera fila oía todo esto, y sin inmutarse, el diputado Justo Zacarías Irún (ANR), uno de los investigados por Fiscalía por supuesto lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. Quizá no tuvo tiempo para asistir otro de los investigados por lavado de dinero, el senador Dionisio Amarilla (PLRA). Y es una suerte que el exfiscal Javier Díaz Verón esté preso, porque si no también hubiera estado en primera fila junto con el extitular del Indert Justo Cárdenas, presos por lavado de dinero. Gracias a Dios, Darío Messer está prófugo porque, si se hubiera presentado como oyente en un foro donde desde Estados Unidos vinieron a hablar mal de él y del contrabando de cigarrillos, hubiera sido mucho más incómodo de lo que fue con don Justo Zacarías Irún en primera fila.
mabel@abc.com.py