Complicada victoria

El resultado de las elecciones internas del Partido Colorado terminó abriendo un mar de dudas de cara a la segunda mitad de mandato del presidente Horacio Cartes.

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El oficialismo logró que su candidato Pedro Alliana gane las elecciones, tal como estaba previsto, pero la victoria no fue abrumadora como se vaticinó. La diferencia estuvo muy por debajo de los 250.000 votos anunciados; eso complica los proyectos a futuro.

El Gobierno logró quedarse con más del 90% de las candidaturas municipales y muy probablemente tenga mayoría propia para controlar la Junta de Gobierno de la ANR, pero no pudo impedir que la disidencia sumara cuatrocientos mil votos. Tampoco logró entusiasmar a poco más de 90.000 electores que concurrieron a los lugares de votación para depositar papeletas en blanco. Este descontento silencioso es un dato clave y debería ser motivo de análisis para comprender los alcances. No es usual que en una interna partidaria un número tan grande de electores concurra a las urnas para no elegir.

Los cuatrocientos mil votos, una cifra nada despreciable para un movimiento armado por un grupo de senadores, terminaron envalentonando al bloque opositor. Ahora más que nunca buscará mantenerse unido para capitalizar su fuerza electoral. En este momento un acercamiento al Gobierno no es una opción.

El senador Enrique Bacchetta ya indicó el camino. Anunció que apoyarán “a su modo” a los candidatos del Partido Colorado en las elecciones municipales. Otro senador del mismo grupo también alertó que no permitirán que el Ejecutivo logre imponer a sus candidatos en la Corte Suprema de Justicia; mientras que el senador Juan Carlos Galaverna denunció a inicios de semana que ahora el oficialismo buscará la reelección del presidente Cartes.

La disidencia colorada seguirá optando por la confrontación y el desgaste del Gobierno. Es su mejor carta para no diluirse y mantener o ganar espacio de cara a las elecciones generales de 2018. Más todavía después de anunciar que tendrán un candidato presidencial.

Mantener distancia del presidente Cartes les abre la posibilidad de ampliar su fuerza en el Congreso cerrando alianzas coyunturales con los partidos de oposición.

El resultado de las internas coloradas fue bueno para el Ejecutivo, pero está lejos de ser el escenario esperado. La fuerza electoral que mostró la disidencia acota su capacidad de romper el bloque para recuperar el control del Senado. Sin el manejo de esa Cámara, gobernar será un verdadero dolor de cabeza, pero sobre todo impedirá llevar adelante proyectos propios.

El Ejecutivo tiene un panorama complicado para la segunda mitad de mandato. Los resultados electorales no le permiten hacer imposiciones, pero la necesidad de gobernar sin quedar atado a la disidencia y al viejo modelo político limita su capacidad de hacer concesiones. Está obligado a gobernar en medio de esa contradicción.

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