Cargando...
Ni hablar de los sanitarios, ventanas, vidrios rotos, ventiladores torcidos y cerraduras descompuestas.
El año escolar comienza con elevado ausentismo, porque los niños tienen que quedar en casa a cuidar a sus hermanos menores, mientras sus padres van a trabajar y juntar un poco de dinero para la inscripción.
En el campo los hijos ayudan a sus padres en la chacra, a cosechar algunos rubros agrícolas para la compra de útiles y uniformes.
Las clases en realidad empezarán a mediado de marzo, porque se tienen que hacer previos ajustes para el desarrollo de los contenidos. A las escuelas en malas condiciones, se suma que los alumnos tienen que trasladarse bajo el intenso calor, lluvias, temporales, etc.
Para colmo, el almuerzo y la merienda escolar recién serán implementados a fines de marzo. Ante esta realidad caben estas preguntas: ¿Dónde fueron a parar los recursos de Fonacide, royalties y presupuestos asignados a las gobernaciones y municipalidades? ¿Por qué el atraso? ¿Hubo comilonas? ¿O son maniobras para beneficiar a los partidarios?
La educación es compleja y requiere de la participación de padres de familia, docentes, autoridades y del sector privado. También de la Iglesia, entidades deportivas y medios de comunicación; en fin, toda la comunidad debe cooperar en la tarea educativa, en el aprendizaje de lecto-escritura; de las ciencias y la tecnología.
Se debe considerar que sin educación no habrá desarrollo del país ni crecimiento de la persona humana. En esta primera década del siglo XXI se evidenció la falta de liderazgo en educación para impulsar a los maestros y padres de familia para involucrarse de lleno en esta sensible tarea.
rmontiel@abc.com.py