Con enmienda o sin enmienda

La crisis política desatada, cuyo epicentro es el proyecto de reelección presidencial, amenaza con plasmar un fenómeno que se ha ido incubando en el escenario político paraguayo: el fin de los partidos políticos tradicionales, al menos de la manera que los hemos conocido hasta ahora. 

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La ANR, partido presuntamente en el poder, en la práctica, ha caído en manos de un grupo empresarial que rige su destino. La oposición, en particular el PLRA, está dividida y su perspectiva es, aparentemente, integrar en las próximas elecciones un bloque impulsado por otros grupos empresariales opuestos al cartismo. 

De aprobarse finalmente la enmienda de la Constitución y habilitarse la reelección presidencial, los candidatos seguros para el 2018 serían, según prevén muchos, el actual presidente Horacio Cartes y el senador y expresidente Fernando Lugo. Quienes se oponen tenazmente al proyecto, consideran que Lugo, aun si fuera cierto que está mejor posicionado en las encuestas, es ingenuo si cree que le ganará a Cartes, ya que la oposición irá dividida a esos comicios. 

Si se descarta la reelección, igual es casi imposible la unidad de la oposición, por lo que Cartes posiblemente impondrá su candidato en la interna colorada y terminaría ganando las elecciones generales. 

Si la enmienda reeleccionista no corre, sea porque se frustra en el Congreso o porque gana el “No” en el referéndum, la esperanza de los disidentes del Partido Colorado es que Cartes termine respaldando, aunque sea a regañadientes, la candidatura del senador Mario Abdo Benítez, algo que parece improbable si tomamos en cuenta el temperamento del mandatario. 

Sin enmienda, el PLRA, por todo lo ocurrido en los últimos días, tendrá indefectiblemente un candidato que sería Efraín Alegre, acompañado de alguna figura del PDP o el P-MAS, fórmulas que difícilmente tengan el respaldo del resto del arco “independiente”. 

Si se hace realidad la enmienda, algunos vaticinan que será a costa de que el país “se incendie” y pintan un cuadro dantesco que nos arrastraría a una suerte de guerra civil. 

No obstante, aún si eso fuera exagerado, el resultado de un referéndum sobre la reelección es impredecible, dado que habrá una feroz disputa económica y mediática en torno a ese proyecto. 

Es curioso que los mismos dirigentes que vaticinan un levantamiento popular si el Congreso aprueba la reelección parecen no confiar en que ese mismo pueblo rechazará la propuesta en la consulta que se hará posteriormente. 

La perspectiva de que la aprobación de la enmienda en el referéndum, implicará el triunfo seguro de Cartes y su posible perpetuación en el poder, se pretende explicar por la visión de un presidente sin carisma pero con un poder económico y mafioso muy difícil de enfrentar. 

Fuera de micrófono, muchos dirigentes de la oposición y de la disidencia colorada dicen que, si Cartes consigue que se apruebe la reelección, no tendrá escrúpulos para eliminar rivales por la vía que sea para asegurar su triunfo. 

La duda a despejar es si la actual situación, con todos los partidos políticos divididos y agrupados en proyectos políticos antagónicos tendrá continuidad hasta las elecciones internas de diciembre o si solo se trata de alineamientos basados en intereses coyunturales. 

Si realmente ahora está en juego la democracia, como afirman algunos, cabe esperar una disputa electoral en 2018 en la que las chapas partidarias no sean decisivas. Pero, tal vez, en esas elecciones tampoco se pongan en juego modelos contrapuestos de país sino que sea sencillamente un enfrentamiento de grupos económicos, entre los que la ciudadanía, deberá elegir. 

En cualquier caso, el fenómeno Cartes puede marcar el escenario político paraguayo por mucho tiempo, con enmienda o sin enmienda.

mcaceres@abc.com.py

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