Conocer el guaraní es una necesidad

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Tantas veces hemos escuchado que es mucho más conveniente estudiar inglés antes que perder el tiempo estudiando el guaraní o que el guaraní no sirve para nuestro relacionamiento con el exterior o que el guaraní es solamente para nosotros. Estos comentarios son desacertados; los hemos escuchado por diversos medios y hasta resulta necesario reiterar lo que tantas veces hemos señalado a propósito de la idea que sugiere este título. En efecto, el conocimiento del idioma guaraní, el paraguayo necesita como el aire que respira, no precisamente para generar en forma directa la posibilidad de conseguir trabajos aquí en el país o en el exterior, como se ha debatido públicamente en algún momento. Tampoco el paraguayo necesita estudiar y conocer el guaraní para su relacionamiento con el exterior. Lo dijimos también tantas veces que el paraguayo no puede ni debe pretender acceder a la cultura universal a través del guaraní, porque esta lengua no tiene aún una tradición literaria para que sirva de vehículo de acceso a la cultura universal. El paraguayo va a seguir utilizando a tal efecto el castellano, idioma que sí tiene una tradición literaria que permite al castellano-hablante ese acceso a la cultura universal. Y aquí está la cuestión fundamental: El paraguayo (me refiero al 90% de los paraguayos que tienen como lengua materna el guaraní y no al 6% que tiene como lengua materna al castellano) necesita estudiar y conocer el guaraní –su lengua materna– para que a través de ese conocimiento pueda acceder a un mejor dominio del castellano; no un conocimiento superficial, sino un conocimiento que le proporcione competencia en el uso de la lengua. Tenemos que repetir aquí también que la gran mayoría de los paraguayos no tienen competencia en castellano y esa incompetencia se traduce en el analfabetismo funcional. Es muy sencillo: el analfabetismo funcional hace que la persona pueda leer un determinado texto en una lengua, pero sin entender lo que lee. Así de simple.   

Es general el conocimiento que tenemos de este fenómeno los que estamos en este tema y hasta existen datos estadísticos de los censos generales que nos indican que más de 1.800.000 jóvenes paraguayos son analfabetos funcionales en castellano y pensar que en esta lengua fueron alfabetizados y es la lengua que utilizan para acceder a la cultura universal. Esa cantidad se refiere a personas mayores de 18 años de edad. No se toma a los niños que están en edad escolar ni a los de la tercera edad. El desconocimiento de esta realidad es grave y más grave aún cuando el desconocimiento les afecta a personas que están, como dijimos antes, en medios masivos de comunicación que difunden disparates y torpedean –sin querer en algunos casos– el esfuerzo que se está haciendo para solucionar nuestro problema educativo desde el punto de vista lingüístico. Realmente, estas situaciones nos empujan a pensar que existen personas o núcleos de personas, o élites ocultas que tienen la desembozada intención de mantenerle al grueso de la población paraguaya en el oscurantismo (tapicha ndoipotáiva ñane retãgua ojesape’a). Creemos por eso que debemos dejar bien claras algunas cuestiones, tales como:   

a) Ninguna persona puede adquirir competencia lingüística en una segunda lengua sin antes adquirir competencia en su lengua materna;

b) El paraguayo necesita estudiar y conocer el guaraní para adquirir mayor competencia en castellano (nos referimos al 90% que tienen como lengua materna el guaraní);

c) El paraguayo, aun conociendo bien y utilizando correctamente el guaraní, seguirá utilizando el castellano para acceder a la cultura universal y para que ese acceso sea efectivo y en óptimas condiciones, debe revertir la situación de analfabetismo funcional que le afecta (no me refiero al 6% de paraguayos que tienen como lengua materna el castellano);

d) En esta parte del continente, desde que el castellano entró en contacto con el guaraní, se utilizó en la educación pública el criterio de priorizar el conocimiento del castellano, marginando intencionalmente el idioma guaraní. Los más de 500 años que han transcurrido desde que empezó a utilizarse ese criterio, ya deben ser suficientes para darnos cuenta de que el sistema no funciona, porque el común de los paraguayos hoy sigue siendo incompetente en castellano. Esto significa que de una vez por todas y sin timidez, debemos asumir nuestra situación de pueblo bilingüe;

e) La clase política paraguaya ha dado un paso importante para la solución de nuestro problema sociolingüístico y educativo al escuchar el clamor popular y sancionar la Ley de Lenguas, promulgada inmediatamente por el Poder Ejecutivo el 29/12/10. Esta ley está próxima a entrar en vigencia plena, ya que, como primera medida, ha sido nombrado por Decreto del Poder Ejecutivo, el Dr. Carlos Villagra Marsal como titular de la Secretaría Nacional de Políticas Lingüísticas, organismo que ha de ser de aplicación de la mencionada Ley de Lenguas.
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