Decepción

Sería la palabra apropiada, aunque ella supone la existencia previa de una alta confianza, de esperanza luego de tantos períodos de engaños sucesivos de los políticos a la población. No creo que haya existido esa especie de cheque en blanco a Horacio Cartes para gobernar en el período 2013-2018.

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Tal vez haya causado confusión la euforia máxima de una masa de afiliados colorados, que de la mano de Cartes recuperaron el poder luego de una humillante derrota electoral en 2008 tras 61 años ininterrumpidos en el ejercicio del poder hegemónico. La confianza no era otra cosa que la paciencia de siempre y la permisividad social frente a los abusos. Tampoco la esperanza era tal, sino acumulación de expectativas y demandas.

Cartes no se esforzó mucho para ver la banda presidencial pegada a su cuerpo. La llanura produjo una larga lista de dirigentes heridos y contusos por el corte intempestivo de oxígeno presupuestario. Ellos estaban dispuestos a todo, con tal de encontrar alguien que los reviviera, mientras el pueblo colorado exigía retorno a cualquier precio.

No fue como lo prometió. Hoy sabemos que fue el gobierno de la mentira, de los negocios turbios por encima de los canales y la complicidad partidaria, y de la turbulencia provocada con la sola intención de continuar en el poder, para lo cual no había necesidad de aliarse tan solo con los correligionarios disgustados, sino con los supuestos enemigos, que en el fondo tenían las mismas aspiraciones, como por ejemplo la reelección. Eso explica que en determinados tramos los cartistas hayan coincidido con Frente Guasu y con el llanismo liberal.

Deja una institucionalidad muy golpeada y una credibilidad muy destruida de las instituciones republicanas. Pero, al final, todo lo que hizo el cartismo fue muy útil para fortalecer a la ciudadanía en su voluntad de defender la democracia y la Constitución.

Mario Abdo Benítez recibe los mismos problemas que recibió Cartes al comenzar su mandato. Gobernará con el mismo partido y casi la misma oposición. Por el bien del país, deseamos que sea un gobierno exitoso y que al final de su mandato no tengamos que despedirlo con la misma palabra: DECEPCION.

ebritez@abc.com.py

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