Días complicados para el Ejecutivo

Concluyó el periodo ordinario de sesiones del Congreso sin que el Poder Ejecutivo logre llevar adelante el juicio político a tres miembros de la Corte Suprema de Justicia. Después de dos semanas de tensas negociaciones el Gobierno no pudo conseguir aliados suficientes. El acuerdo con Javier Zacarías, ni el acompañamiento de Blas Llano le alcanzaron para llegar a los 30 votos necesarios para aprobar la destitución de los tres jueces.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/43NKZ2PGAVAWVPPG3YY2ZDH5PU.jpg

Cargando...

El grupo de izquierda pudo más y sumó los votos de colorados y liberales disidentes para conformar un bloque que hasta ahora se muestra sólido. El catalizador es la suma de enojos contra el Ejecutivo y las necesidades particulares de cada uno, poco importa la conformación de la Corte o la defensa de los tres acusados. Lo importante es demostrar la vulnerabilidad del Ejecutivo que a pesar de tener mayorías claras en las dos Cámaras del Congreso no tiene la capacidad para imponer decisiones.

Es la primera victoria de la oposición que hasta hace poco se mostraba incapaz de articular posiciones frente al Ejecutivo. Aprovechando la coyuntura, demostró que apoyado en las diferencias internas de colorados y liberales tiene la capacidad de recortar poder al Ejecutivo. Por ahora la fórmula funcionó a la perfección, pero no siempre será así. Cuando las necesidades partidarias aprieten las cosas se acomodarán de nuevo.

Debajo de todo subyacen las internas partidarias que empezaron a cobrar relevancia en la gestión de Gobierno. Las disidencias de legisladores colorados y liberales responden a esa lógica. Necesitan construir poder de cara a las elecciones municipales de 2015 y las generales de 2018. Eso no se logra sumando mansamente adhesiones al Ejecutivo sino obligando al Gobierno a sentarse a la mesa de discusiones para tomar decisiones acordadas que supongan una cesión de espacios.

El error de cálculo le está costando caro al Ejecutivo. Embarcarse en un juicio político sin tener todas consigo deja abierta una amplia ventana que revela una temprana fragilidad que de ahora en más empezará a jugarle en contra. A estas alturas, el juicio político es casi una anécdota, podrá o no aprobarse en las próximas semanas o meses, pero lo revelante pasó a ser el golpe al Presidente de la República. Fruto de eso ya fue el apuro del Consejo de la Magistratura por convocar a los postulantes para la vacancia que se generó en la Corte Suprema de Justicia. Las lealtades parecen haber cambiado y el representante del Ejecutivo prefiere jugar sus propias cartas. El Gobierno hubiese preferido esperar un tiempo, pero algunos dirigentes partidarios, sobre todo colorados, están apresurados por manotear ese espacio a Cartes. A fin de cuentas, como quedó demostrado en todos estos años, siempre es bueno tener algún amigo en la máxima instancia judicial.

Los políticos empezaron a encontrar los resquicios para apretar al Gobierno. Esa es una muy mala noticia para el Ejecutivo de cara a un año que se anunciaba que sería de grandes resultados y de grandes obras de infraestructura. Sin apoyos reales en el Congreso, con una interna que crece cada día que pasa y con la falta de resultados reales que lleguen a la gente, el Presidente de la República tendrá demasiadas dificultades para administrar el país. Será un año de grandes tormentas donde los enemigos estarán dentro, agazapados y mimetizados esperando dar el zarpazo.

La oposición está empezando a recomponerse y aspira aun nuevo mandato de Fernando Lugo. Parece difícil, complicado; pero en un escenario donde casi no existen candidatos no es una idea descabellada. Trabar el juicio político a los tres miembros de la Corte es el primer paso, lo siguiente es seguir debilitando el Ejecutivo.

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...